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¿Vivir la vida no convencional?

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¿No deberías vivir una vida de 9 a 5? Ni que fueras una adolescente…

Si diera una libra por cada vez que me han hecho esta insinuación, sería una pobre mujer. Y la mayoría de las veces es por parte de miembros de la familia.

Habrás visto en mi página Acerca de este sitio que me describo como una «muchacha británica no convencional, que vive en un país no convencional…».

¿Por qué cuando alguien decide no trabajar en una carrera de 9 a 5, no casarse y tener hijos a los 30 años, es ‘tutoreado’ por la sociedad?

Puse la foto del encabezado en mi página de Facebook y provocó el siguiente comentario de un seguidor:

Un poema muy acertado de Cavafy (traducido del griego por Edmund Keeley/Philip Sherrard) Un anciano

En el ruidoso extremo del café, con la cabeza inclinada sobre la mesa, un anciano se sienta solo, con un periódico delante. Y en la miserable banalidad de la vejez piensa en lo poco que disfrutó de los años en los que tenía fuerza, elocuencia y apariencia.

Sabe que ha envejecido mucho: lo ve, lo siente.
Y, sin embargo, le parece que fue joven ayer mismo.
Tan breve intervalo, tan breve.

Y piensa en la Prudencia, en cómo le engañó,
en cómo creyó siempre -qué locura-
a aquel tramposo que decía: «Mañana. Tienes mucho tiempo.»

Recuerda los impulsos frenados, la alegría
que sacrificó. Cada oportunidad que perdió
se burla ahora de su insensata cautela.

Pero tanto pensar, tanto recordar
marea al viejo. Se queda dormido,
su cabeza apoyada en la mesa del café.»

La foto y el comentario lo resumen todo: No lo voy a dejar hasta que sea demasiado tarde. No voy a vivir la vida que la gente quiere que viva. Y tú tampoco deberías hacerlo.

No dejes las cosas hasta que sean demasiado tarde. No te sientas culpable por ser feliz con la vida que llevas, aunque no se ajuste a las ideas de los demás sobre cómo vivir la vida.Soy profesora de inglés. Me encanta enseñar a los niños, me enseñan mucho sobre mí misma. Me encanta vivir en Grecia; este país también me ha enseñado mucho sobre mí misma. Claro que sí… y orgullosa de ello.