Tienes una idea para una historia o un juego, y quieres construir un universo en el que vivir. O tal vez tengas los cimientos de un universo y te preguntes cómo darle cuerpo, si tu idea merece la pena o cómo distinguir tu trabajo de los gigantes de la construcción de mundos. Por suerte, y de forma desalentadora, hay miles y miles de artículos, libros, comunidades, aplicaciones y directorios con más recursos para guiarte en el proceso de creación de mundos para fundamentar e inspirar tus diseños.

Consultar cientos de páginas web con información repetitiva o contradictoria puede ser abrumador e improductivo. Y es especialmente abrumador clasificar cientos de páginas web antes de avanzar hacia tu objetivo original: construir un mundo que funcione. Pasé varios años escudriñando recursos de construcción de mundos antes de orientarme. Esto es lo que encontré.

Tipos de recursos

Antes de plantear la pregunta «¿Qué recursos deberíamos utilizar para guiar nuestra construcción de mundos?» necesitamos responder a otra pregunta: «¿Qué significa guiar la construcción del mundo?». Resulta que hay, a grandes rasgos, tres grandes categorías de herramientas para ayudar a la construcción del mundo, y cada una de ellas ofrece una forma diferente de orientación. Saber para qué sirve cada una es vital para una construcción del mundo eficaz y eficiente. Los tipos son:

• «cajas de herramientas,»
• «procesos,»
• y «plataformas».

Abordemos cada tipo por separado.

Cajas de herramientas

La percepción de la mayoría de la gente sobre el proceso de construcción del mundo está muy marcada por el legado de un individuo: J. R. R. Tolkien. Tolkien era un lingüista muy hábil que también estaba íntimamente familiarizado con la mitología y la historia europeas. Así que utilizó estos conocimientos. Construyó el mundo de la Tierra Media a partir de las lenguas y las historias de sus habitantes y diseñó el resto del mundo sobre esa base.

El problema es que esa forma de construir el mundo -empezando por un aspecto de un mundo meticulosamente investigado y minuciosamente representado- no es para la mayoría de la gente una forma accesible o eficiente de crear un universo listo para que lo habiten narraciones y otros diseños. Isaac Asimov, Ursula K. Le Guin, George R. R. Martin, Margaret Atwood y Lucasfilm LLC han tomado, en un grado u otro, atajos, esbozando a grandes rasgos muchos aspectos de sus mundos y dedicando su energía a las partes más relevantes para las historias que estaban contando.

Las cajas de herramientas son el tipo de recurso más común para la construcción de mundos y, sin embargo, son las menos explícitamente relevantes para el fin de crear mundos. Las cajas de herramientas son calculadoras para determinar la mecánica orbital, guías para crear religiones ficticias y software para la elaboración de mapas de fantasía: conjuntos de herramientas muy específicas y de investigación embotellada que te permiten añadir chispas de realismo a partes igualmente específicas de tu mundo.

Aquí tienes algunos ejemplos excelentes y representativos de cajas de herramientas:

• El kit de construcción de planetas de Mark Rosenfelder es una caja de herramientas «general» para la construcción de mundos. En 371 páginas, repasa todo, desde la astronomía a la biología y desde la agricultura a la magia. Cada capítulo se centra en un aspecto específico de la construcción de mundos, ofrece recetas para dar vida a esos aspectos con distintos niveles de detalle y proporciona ejemplos de los propios proyectos de Rosenfelder.
• World-Builders es un centro de información de larga data para crear mundos con un enfoque científico. El sitio ofrece cientos de páginas de lecciones de construcción de mundos y más recursos y enlaces a temas especializados.
• Tectonics.js simula las placas tectónicas de un planeta. Los constructores de mundos que deseen «evolucionar» de forma creíble las masas de tierra, los océanos y los climas de sus mundos encontrarán Tectonics.js muy valioso y un placer de usar.
• Myths, Creatures, and Folklore es un directorio de mitos. No ofrece nada específicamente para la construcción de mundos, sino que sirve como una reserva de contenido a la que recurrir para diseñar mitologías ficticias, escribir cuentos de hadas y desarrollar simbologías para culturas construidas.

La utilidad de las cajas de herramientas depende totalmente del objetivo de tu construcción de mundos. Las zonas climáticas, la economía y la tecnología son, por defecto, irrelevantes para la narración de historias y, hasta que se diga explícitamente lo contrario, para los diseños del mundo real. La caracterización errónea de la construcción de mundos como algo autoindulgente y sin sentido se ve estimulada por la plétora de cajas de herramientas especializadas y las comunidades que las sustentan, y se centra sólo en esa estrecha forma de construcción de mundos que existe primero por sí misma y por el placer de su creación y no pretende ser relevante.

Sin embargo, para la construcción de mundos que sirve a una novela, un juego o un experimento mental dirigido, las cajas de herramientas también pueden ser instrumentales. Son la investigación. Una vez que tienes un plan central para tu mundo y un conjunto de ideas básicas para explorar, ¿qué contexto necesitas para plasmar esas ideas? ¿Dónde hay que añadir realismo o especificidad? ¿Qué conocimientos externos podrían aumentar el efecto de una miniserie sobre conflictos culturales en los Andes? ¿Y una historia similar ambientada en el espacio? ¿Qué preguntas son relevantes? ¿Cuáles son las que hacen perder el tiempo?

Las mejores cajas de herramientas no son sólo cajas de herramientas. Es decir, no se limitan a proporcionar respuestas detalladas a las preguntas, sino que también le guían para que se haga las preguntas adecuadas. Esto nos lleva al segundo tipo de recurso para la construcción de mundos: los procesos.

Procesos

Cada gran constructor de mundos ha desarrollado un proceso para crear mundos. Algunos deciden sistematizar y compartir ese proceso. Por lo general, esto se presenta en forma de estrategias, ejercicios, formas de pensar o, popularmente, listas de comprobación para la construcción de mundos.

Las listas de comprobación proporcionan una estructura al proceso de construcción de mundos a través de una serie de preguntas. ¿Puedes completar esta encuesta? ¿Cómo de completos son estos aspectos de tu mundo? Cuando están bien hechas, pueden ser eficaces hojas de ruta a seguir o evaluaciones de la minuciosidad de tu trabajo. Estas dos funciones hacen que las listas de comprobación sean valiosas en las etapas inicial y media de la construcción de un mundo. Sin embargo, cuando se hacen mal o se utilizan religiosamente, fomentan el cambio de enfoque hacia elementos menos relevantes para tu mundo o el propósito al que sirve.

Dos de las listas de control de construcción de mundos más utilizadas y de mayor calidad son:

• Fantasy Worldbuilding Questions, de Patricia C. Wrede, una lista exhaustiva y general especialmente adecuada para la construcción de mundos de fantasía, en la que se repasan aspectos de los universos, desde la geografía hasta la moda.
• Checking On Culture, de Lee Killough, una lista de temas y preguntas dedicadas a la creación de una cultura detallada y completamente representada, con ejemplos proporcionados para cada una.

Otros procesos establecen sistemas para la construcción de mundos en una serie de pasos.

• 30 Days of WorldBuilding es un ejemplo de dicho proceso.
• World-Builders, mencionado en la sección anterior, también proporciona un proceso paso a paso, aunque más flojo.

Por último, hay procesos más abstractos que se centran principalmente en proporcionar nuevos marcos para ver los mundos, estructurarlos e imaginar otros nuevos. Un buen ejemplo es

• Stant Litore’s Write Worlds Your Readers Won’t Forget. Litore, autor de ficción especulativa, enmarca los mundos como «ollas a presión». Son entornos para las historias, que ejercen las presiones que dan forma a los personajes y los empujan a moverse. Para hacerlo de forma eficaz y memorable, un mundo, dice, debe tener al menos una característica física llamativa, una criatura sorprendentemente única y un rasgo cultural llamativo que exista en respuesta al entorno físico y biológico. El resto del libro está repleto de ejercicios y ejemplos que exploran el razonamiento en el que se basa el enfoque de Litore y cómo crear esos tres aspectos de forma eficaz.

A veces, sin embargo, los procesos por sí solos son difíciles de seguir o demasiado rígidos. Ahí es donde entran en juego las plataformas.

Plataformas

Las plataformas son entornos y software diseñados para la construcción de mundos. Implican un proceso, quizá como los presentados en la sección anterior, al que dan vida las herramientas, los materiales o la interfaz de la plataforma. Las plataformas estructuran la información sobre el mundo y facilitan la creación de nueva información.

Aparte, los juegos de rol de mesa son, en cierto sentido, plataformas para la construcción de mundos tanto como sistemas para contar historias y juegos de azar. Un conjunto de reglas proporciona una estructura para crear personajes y seguir las acciones de esos personajes. Esos personajes actúan y reaccionan. Esto requiere y crea un entorno, un mundo, que afecta a los personajes.

Las mejores plataformas de construcción de mundos hacen que la construcción de mundos sea más eficiente, eficaz y divertida, ofreciendo sistemas y herramientas, pero manteniéndose al margen de la creatividad de los constructores de mundos y de los flujos de trabajo productivos.

Aquí hay algunas:

• World Anvil es una plataforma de construcción de mundos en ciernes. Los usuarios crean, documentan y estructuran sus mundos utilizando plantillas preestablecidas (por ejemplo, Especies, Objetos, Lugares, Personalizados o Idiomas) y relaciones entre ellos. Los usuarios también pueden presentar sus mundos y escribir artículos para la creciente comunidad de World Anvil. Notebook.ai y World Scribe son un sitio web y una aplicación para Android, respectivamente, que ofrecen una funcionalidad muy similar a la de World Anvil, sin la comunidad.
• One Stop For Writers es un conjunto de herramientas para escritores de ficción, muchas de las cuales son útiles para los constructores de mundos. Una de estas herramientas, Worldbuilding Surveys, lleva las listas de comprobación de construcción de mundos a un nuevo nivel. Los usuarios crean una «encuesta» sobre algo existente en su mundo. La plataforma presenta a los usuarios un conjunto de preguntas generales basadas en el tipo de encuesta seleccionada (por ejemplo, ciudad o persona). El usuario puede entonces seleccionar preguntas de la lista para responder, rellenando información sobre su mundo y probablemente planteando más preguntas para otras encuestas.
• El RPG Microscope de Ben Robbins es la construcción de un mundo en forma de juego de papel y lápiz. Los jugadores avanzan y retroceden en el tiempo con total libertad a medida que van trazando la historia de un mundo desde el principio hasta el final, pasando por periodos, eventos y escenas que responden a preguntas específicas. El sistema que establece es una de las formas más eficaces y divertidas de construir un mundo que he probado. Además, como los productores y diseñadores de juegos saben desde hace tiempo, la construcción de mundos es mucho más fácil, rápida y eficaz cuando se hace en colaboración que en solitario, como demuestran los esfuerzos del World Building Media Lab y el World Building Institute de la Universidad del Sur de California.
• Como plataforma «extra», me veo obligado a mencionar WorldLab, una aplicación web en desarrollo para la construcción de mundos en colaboración en la que estoy trabajando actualmente. Adapta el proceso de pensamiento de diseño a la construcción de mundos, tal y como lo resumí aquí, a un sistema que se basa en elementos de Microscope, las encuestas de construcción de mundos de One Stop, el proceso de Stant Litore y otros sistemas. Mientras que World Anvil y Notebook.ai estructuran intuitivamente lo que existe dentro de los mundos, WorldLab estructura productivamente el proceso de creación de nuevas cosas para que existan dentro de los mundos. Aquí está el noveno prototipo de una versión lite, en papel, del sistema (el proceso, menos la plataforma).

La cuarta categoría

Aquí es donde admito que todos fuimos engañados. Porque había otra categoría de recursos hecha, una cuarta categoría que no es específica de la construcción de mundos pero que une a las otras tres: el contenido. Las cajas de herramientas están diseñadas para ayudarte a crear contenidos específicos de mayor calidad. Los procesos están diseñados para ayudarte a determinar el contenido que necesita tu mundo. Las plataformas están diseñadas para estructurar el contenido y facilitar la creación de nuevos contenidos. Pero en todos los casos, el contenido en sí debe provenir de ti, el constructor del mundo.

¿Entonces cómo consigues nuevos contenidos?

La respuesta puede parecer obvia, pero es igualmente difícil de interiorizar: sé curioso. El contenido al que se accede imaginando se obtiene del mismo modo que cualquier tipo de contenido: experimentando, observando y leyendo. Los mejores constructores de mundos, al igual que los mejores escritores y los mejores pensadores, consumen activa y vorazmente su propio mundo, reflexionan sobre él y lo reutilizan descaradamente. Para Tolkien fueron, sobre todo, la filología y la lingüística; para Martin, la historia y la política; tanto a Tolkien como a Martin y a Le Guin, Asimov, Atwood, Austen, Melville, Faulkner, Hurston, Orwell, Márquez -todos los demás- podemos añadir la escritura y el lenguaje de todo tipo. Los libros, los discursos y las conversaciones son el recurso fundamental para la construcción del mundo. Cuanto más variado sea el material al que te expones, más imaginativo puedes ser, y los miles de recursos específicos para la construcción de mundos que viven en la red sólo son útiles cuando van acompañados de ideas. Así que los constructores de mundos son curiosos y leen.