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La extraña razón por la que las novias se colocan a la izquierda en las bodas

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Pregunta para todos los hombres: ¿No odias cuando has secuestrado a una mujer para que sea tu novia, y su familia sale cargando por el portón tras de ti con sus espadas y lanzas ondeando? ¿No es lo peor?

El «matrimonio por captura», como se conoce históricamente esta práctica, no es nada fácil. (También es increíblemente misógino, que es probablemente la razón por la que ya no es el modo por defecto de atar el nudo). No obstante, la idea de que un hombre secuestre a una mujer para convertirla en su novia se ha practicado durante miles de años, abordada en la mitología griega (piense en París secuestrando a Helena de Troya), en la Biblia y en un sinfín de relatos históricos. Aquí hay más tradiciones nupciales únicas (y menos violentas) de todo el mundo.

Aunque el rapto nupcial sigue existiendo entre algunas culturas de África, Asia Central y otros lugares, su legado se ha quedado en el mundo occidental de una manera inesperada: en el lugar donde se encuentran los novios en nuestras bodas.

Tradicionalmente, la novia se sitúa a la izquierda en el altar y el novio a la derecha. Según The Knot y la Enciclopedia Compton, esto no es una coincidencia: En los tiempos históricos de los espadachines, un hombre necesitaba tener el brazo derecho libre para desenvainar su espada. Al igual que el mitológico Paris, que luchaba por llegar al mar con Helena capturada en su brazo izquierdo, un futuro novio tenía que esperar cierta resistencia por parte de la familia de la novia o de los pretendientes rivales hasta bien entrada la Edad Media. Como la mayoría de los hombres son diestros, tenía sentido mantener a la novia en la izquierda y dejar el brazo de la espada libre.

Por casualidad, la tradición del matrimonio por captura es también el origen de nuestra costumbre de elegir un «padrino» en las bodas. Cuando un joven novio pretendía sacar a su novia de la casa de su familia, tenía que llevar refuerzos a la reyerta. Muchos de ellos formaban un grupo de asalto de padrinos de boda, a menudo compañeros solteros con ganas de acción, y entre ellos estaba el «padrino», que era literalmente el mejor manejando una espada. Las damas de honor también están ahí para proteger a la novia, aunque de una fuente de peligro diferente.

Hoy en día, por supuesto, la fiesta de bodas se elige como un honor ceremonial para los amigos o familiares queridos, y muchos novios toman el derecho sin pensarlo realmente. Los solteros modernos se habrán asegurado, con suerte, la aprobación de la familia de su novia, pero para estar seguros, no está de más tener a mano ese pincho de plástico para el cóctel. En lo que respecta a los matrimonios modernos, asegúrate también de conocer estas reglas de etiqueta para bodas que no puedes romper, y punto.