El arte de enseñar defensa personal a las mujeres': Menos es mejor
En una época en la que el índice de criminalidad parece estar subiendo sin control, no es de extrañar que las mujeres asistan a clases de defensa personal en números récord. Los instructores de defensa personal a menudo asumen que los participantes absorben toda la información que se enseña en un curso, pero la desafortunada realidad es que muchos participantes de las clases de defensa personal están recibiendo algo mucho más aterrador que un enfrentamiento con un asaltante; están recibiendo una falsa sensación de seguridad.
Teniendo en cuenta que la mujer media que participa en un curso de defensa personal tiene entre 30 y 50 años y un mínimo de preparación física, los instructores asumen una tremenda responsabilidad cada vez que intentan enseñar habilidades de combate cuerpo a cuerpo en un entorno de este tipo.
Sin embargo, hay una forma de enseñar un curso de defensa personal que es eficaz, además de divertida, sencilla y realista. Llamo a este método el Sistema de los Cinco Puntos debido a las cinco áreas de instrucción que deben ser cubiertas.
Overview
Debido a que muchos instructores de defensa personal tienen una amplia experiencia en artes marciales o combate, a menudo pierden el contacto con el punto de vista de sus alumnos. Los instructores deben ser conscientes de que la mayoría de los participantes son aprensivos a la hora de asistir al curso.
El objetivo principal de los instructores debe ser eliminar el miedo de los alumnos proporcionándoles una visión general de la clase fácil de entender en papel. Esto debería incluir el horario de la clase, el formato del curso, el itinerario clase por clase y el cuaderno de trabajo. Cuando los participantes hayan entendido claramente lo que se les va a enseñar y se les haya dicho lo que se espera de ellos, los instructores y los estudiantes podrán trabajar juntos para lograr los máximos resultados.
Durante la primera clase, los pequeños detalles pueden marcar una gran diferencia. Los instructores deben proporcionar etiquetas con los nombres de los alumnos, permitirles interactuar entre ellos y fomentar un sentido de propósito para ellos. Este es un buen momento para hablar de los objetivos individuales. Los instructores deben ser amables y responder a las preguntas de los participantes. Las mujeres no están allí para dejarse impresionar por las artes marciales, por lo que los instructores deben tener cuidado de no ser demasiado duros, demasiado severos o demasiado dominantes.
Conceptos
Muchos cursos de defensa personal son ineficaces porque el material se enseña desde un punto de vista técnico, más que conceptual. La mayoría de los estudiantes pueden imitar una técnica que aprenden en clase, pero si no entienden completamente el razonamiento que hay detrás, tendrán problemas para recordarla exactamente si necesitan usarla.
Un método más efectivo implica enseñar conceptos básicos en lugar de técnicas específicas. Obviamente, en algún momento los participantes deben aprender técnicas, pero cuando entienden el razonamiento detrás de una defensa, pueden crear un sinfín de contadores en lugar de los pocos que practican en clase.
Los instructores pueden comenzar introduciendo dos principios básicos. El primero es el principio de la línea central. Los participantes deben entender que la velocidad, la potencia y la concentración se consiguen más fácilmente mediante el uso de la teoría de la línea central.
El segundo principio implica la rotación, la torsión y el pivote. Muchas mujeres no tienen ni idea de que pueden duplicar o triplicar su potencia de golpeo a través del movimiento del cuerpo. Los buenos instructores de defensa personal se tomarán el tiempo de mostrarles cómo una simple rotación puede producir la máxima fuerza.
Otro concepto vital es la explosividad. Mientras que los artistas marciales están acostumbrados a gritar durante los entrenamientos, la mayoría de los participantes en los cursos de defensa personal preferirían hacer casi cualquier cosa que hacer esos ruidos en una sala llena de gente. Los instructores deben dedicar más tiempo a explicar la necesidad del kihap.
Por último, los alumnos deben comprender la relación entre su patrón de respiración y su estado de ánimo. Deben practicar una respiración lenta y controlada que les ayude a mantener la calma y, por tanto, a ser más eficaces a la hora de tomar decisiones racionales.
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Objetivos
Para la tercera clase, los participantes deben tener una clara comprensión de los patrones de respiración, la mecánica corporal y la explosividad. Ahora es el momento de empezar a enseñar los aspectos físicos de la defensa personal.
Pero antes de que los instructores empiecen a repasar las técnicas con la clase, tienen que señalar los objetivos más eficaces del cuerpo. Una buena ayuda para la enseñanza durante esta sección del programa sería una página del manual del curso que ilustrara los objetivos más efectivos de un atacante.
Técnicas
Enseñar técnicas de combate puede suponer el mayor reto para los instructores. Para superarlo, deben seguirse algunas reglas para garantizar que los alumnos no aprendan habilidades ineficaces.
La primera regla es mantener las técnicas sencillas y directas. La segunda es utilizar técnicas realistas para que los participantes no desarrollen una falsa sensación de seguridad.
Uno de los mayores errores de los instructores es complicar demasiado el material. Muchos profesores quieren mostrar las técnicas más impresionantes de su arte en lugar de las más efectivas. Las técnicas efectivas tienen una palabra unida a ellas: básicas.
Algunos de los golpes más devastadores son, con mucho, los más fáciles de hacer. Algunos ejemplos son el golpe con la palma de la mano, el golpe con la punta del dedo, el golpe con los nudillos, el golpe con la rodilla en la ingle y el codo en la barbilla. Las mujeres que asisten a un curso de defensa personal deben aprender que un simple movimiento, como una patada en la espinilla, puede producir un dolor cegador al atacante. Los participantes necesitan que se les recuerde constantemente que su objetivo nunca será quedarse y luchar contra un atacante, sino desviar su atención y alejarse.
Así como algunas técnicas son apropiadas para los cursos de defensa personal, otras deben evitarse. Las técnicas que implican golpes múltiples deben ser descartadas. Antes de que los instructores enseñen una serie de golpes múltiples para su uso en defensa, es importante recordar las circunstancias emocionales involucradas en una confrontación. A menudo existe el elemento sorpresa, y definitivamente habrá un miedo paralizante y mucha ansiedad. Es peligroso asumir que una persona con un entrenamiento limitado en defensa personal puede rechazar un ataque; es ridículo asumir que bajo toda esa presión la persona puede ejecutar múltiples golpes en un orden específico. Simplemente no sucederá.
Cuando se imparte un curso de defensa personal de corta duración, nunca deben enseñarse ciertas técnicas, como las patadas a la cabeza, los bloqueos de muñeca, las armaduras, los lanzamientos y los barridos. De nuevo, aunque los estudiantes puedan realizar estos movimientos en un entorno controlado, sus posibilidades de éxito bajo presión son escasas. Los instructores deben recordar que enseñar técnicas impresionantes puede ser atractivo en el aula, pero podría costarles la vida a los estudiantes en una confrontación real.
Consejos
Suponiendo que un curso de defensa personal conste de ocho clases, los instructores pueden utilizar la última clase para repasar las numerosas medidas que la gente debe tomar para reducir las posibilidades de tener que utilizar sus habilidades físicas. Entre ellas, aparcar en una zona bien iluminada, caminar con confianza y ser asertivo. Es poco probable que ninguno de estos consejos sea nuevo para los participantes. Sin embargo, la repetición es la clave del aprendizaje y del éxito.
Al finalizar el curso, entregue certificados a las participantes. Las mujeres que asistan estarán agradecidas por el reconocimiento de su esfuerzo, y el hecho de haber recibido un certificado reforzará la importancia del material que han aprendido.
Los métodos para enseñar defensa personal dinámica son los mismos que para prácticamente cualquier tarea: los instructores deben ser profesionales, organizados, amables y, sobre todo, pacientes. La autodefensa es el estudio de la realidad, y la realidad de la enseñanza de la autodefensa es simple: Menos es mejor.
Acerca del autor: Kelly Muir ha estado involucrada en las artes marciales como practicante e instructora durante más de 30 años. En 2012, fue incluida en el Salón de la Fama de Cinturones Negros como Mujer del Año.