Las mejores noches romanas son las sencillas: Unos cuantos amigos, algo de comer y una profunda copa de vino en un bar de vinos

Primero, hay que aclarar qué significa realmente «bar de vinos». En Roma, un «bar» es lo que en América o Francia podríamos llamar un «café», con café, alcohol y comida básica. En un bar normal se puede tomar un vasito de vino, pero «bar de vinos» significa específicamente un espacio dedicado a beber vino, por copa o botella, normalmente con una gran selección de etiquetas, así como aperitivos como carne curada y queso. Estos lugares suelen llamarse enoteca, que significa literalmente «tienda de vinos», y muchos bares de vinos romanos funcionan también como tiendas. El bar de vinos es una adición relativamente reciente al mundo gastronómico romano (es raro encontrar uno con más de 50 años de antigüedad), lo que los convierte en uno de los tipos de locales de copas más diversos. Algunos tienen sólo unas pocas copas disponibles por noche y aceitunas para comer; otros tienen gruesos menús y grandes buffets de aperitivos. Sea como sea, aquí están los 6 mejores bares de vinos de Roma, porque todas las noches de la semana necesitan algo de brindisi

Il Goccetto

Pequeño, sencillo y perfecto. Dirigido por Sergio y Anna, Il Goccetto ocupa la parte inferior de un edificio de apartamentos renacentista, cuya antigüedad se hace patente al contemplar el techo con rejilla de madera. Las paredes están repletas de botellas, muchas de ellas viejas y polvorientas, y sólo hay unas pocas mesas y algunos asientos en la barra. Il Goccetto sirve una de las mejores selecciones de vino por copa de Roma. Cada noche, la pizarra contiene unas 25 opciones, desde una bonita copa de 5 euros de Frascati local hasta un gran y atrevido Barbaresco. La comida también es fabulosa, sobre todo las verduras en conserva y el plato de salchichón para dos, que ofrece capocollo, salami y mortadela trufada, junto con pan oscuro y masticable, por 8 €. Las raciones son generosas, el personal cálido y acogedor, y el espíritu incontenible a medida que avanza la noche y los clientes se desparraman por la tranquila calle con sus copas.

Litro

La mayoría de los bares de vinos romanos son locales nocturnos. Y aunque Litro, situado cerca de la cima de la colina del Gianicolo, es un lugar muy bueno para tomar una copa después del trabajo, es igualmente agradable a la hora del almuerzo. La lista diaria se inclina hacia lo italiano y lo alternativo. En particular, Litro te da la oportunidad de probar algunos vinos blancos naturales, cuya producción orgánica y artesanal significa que raramente los encontrarás fuera de un bar de vinos dedicado. Coge una mesa en el exterior, pide una botella y pide algunas de las ensaladas y quesos preparados por expertos para un almuerzo ligero.

Il Vinaietto

Tienes que amar un lugar que todavía tiene carteles del Partido Comunista Italiano en la pared. Situado justo enfrente del Campo de’ Fiori, Il Vinaietto parece que no debería seguir existiendo. Sólo hay unas pocas mesas, una barra improvisada con un montón de botellas de vino medio vacías, y tal vez un pequeño plato de pizza fría para picar. Y sin embargo, en una de las zonas más turísticas de Roma, los excéntricos lugareños abarrotan este lugar cada noche. La mayoría se queda fuera, equilibrando sus copas en los coches aparcados mientras fuma interminables cigarrillos. No lo harían de otra manera, y tú tampoco deberías.

Sogno Autarchico

Sogno Autarchico significa literalmente «el sueño autocrático», pero no te preocupes, el sueño aquí es de vino, conversación y buena comida. Ubicado en una antigua panadería (todavía utilizan el horno), este pequeño local de Prati es el proyecto culminante de Gianni Ruggiero, un veterano de la escena vinícola de Roma. Sogno Autarchico, una especie de salón frecuentado por abogados y jueces (Prati es el distrito judicial de Roma), sirve una gran variedad de vinos italianos por copas, especialmente prosecco de alta calidad, aunque asequible. Para acompañarlo, pida un plato de farinata genovese, un clásico crepe de harina de garbanzos de la Génova natal de Ruggieri

Il Sorì

La mayoría de los bares de San Lorenzo (el principal lugar de encuentro de los estudiantes de Roma) suelen ser ruidosos, baratos y no se centran demasiado en la comida. Il Sorì es un poco diferente. Se trata de un hermoso espacio lleno de vino, en el que el vino se aprecia más que se engulle. Cada noche hay una pizarra de copas cuidadosamente seleccionada, especializada en cosechas de pequeños productores de toda Italia. Pero Il Sorì es todo lo contrario a un restaurante congestionado: desprende una tranquila calidez. La comida es casi tan buena como el vino. Con influencias de la cocina francesa y española, aquí se puede comer mozzarella de búfala con el vino, pero también una clásica tortilla de patatas o deliciosas rillettes de cerdo caseras.

Consejo de la gente de dentro: Incluso entre semana, lo mejor es reservar

Il Piccolo

Quizás el único bar de vinos de Roma que describiríamos como «de mala muerte», lo cual es el mayor cumplido para este pequeño y divertido local cerca de la Piazza Navona. Piccolo es una fabulosa mezcla de estilos y personas. El interior es de la época del Renacimiento y está forrado de botellas, pero la mezcla de electro-reggae del camarero está a menudo a todo volumen. Verás a un grupo de ancianos bebiendo una botella de Chianti fuera, y a un grupo de jóvenes bebiendo Aperol dentro. Piccolo está especializado en vinos espumosos, como el Franciacorta y el Rosé, por lo que es una gran parada antes de la cena. Hay una carta de bruschetta y embutidos, pero como el camarero te prepara un platito de pizza bianca con mortadela para picar. Gran ventaja: ¡abre los domingos por la noche!

Al Vino Al Vino

Como el nombre podría sugerir, este lugar se toma en serio el vino. Uno no viene a esta sencilla taberna de Monti para tomar cócteles, café o cualquier otra cosa para comer que no sea salami cortado a mano y berenjena marinada. En un barrio que suele ser todo moda y elegancia, Al Vino Al Vino es de lo más sencillo. La lista de botellas es muy amplia, procedentes de toda Italia, pero la mayoría a precios razonables. La selección de copas rota a diario, siempre con un blanco y un tinto locales, además de algún espumoso. Tranquilo, local y sin pretensiones, este es un buen lugar para reunirse con un amigo para tomar una copa, pero también para sentarse a solas con una copa de Montepulciano D’Abruzzo y un libro.

A pesar del nombre, Giancarlo nació y creció en Boston. Ahora vive en Roma, donde trabaja como periodista independiente. Apasionado de la comida, la historia y la cultura de Roma, se le puede encontrar con un buen libro y, según la hora del día, un espresso o un Aperol Spritz. Nunca Campari.