Lo que no es el perdón
Muchos de nosotros tenemos un malentendido sobre lo que es el perdón, por lo que la idea de dejar ir los males que nos han hecho suena horrible, incluso doloroso. Sin embargo, es importante saber que cuando hablamos de no aferrarnos a la ofensa, no estamos fingiendo que nunca pasó nada. Hace años hablé con mi mentor (que también es terapeuta), Bill Gaultiere, sobre este tema, y compartió conmigo tres cosas que el perdón no es. Creo que es importante entenderlas antes de hablar de lo que realmente es el perdón.
En primer lugar, el perdón no es una excusa. Ser misericordioso no significa que busques una manera de dejar a la otra persona fuera del mal que ha hecho. No es decir «bueno, hicieron lo mejor que pudieron» o «es que realmente no estaban bien en ese momento».
En segundo lugar, perdonar no es pasar por alto. No es decir: «Oh, voy a fingir que esto no está sucediendo ahora» o «hará que las cosas sean más fáciles si miro hacia otro lado».
En tercer lugar, y esto es lo más importante, perdonar no es olvidar. Olvidar es una de las peores cosas que puedes hacer cuando te han herido. Cuando tratas de olvidar algo malo que te hicieron, terminas poniéndolo en una parte inconsciente de tu cuerpo y mente donde tiene el potencial de causarte un gran daño. De hecho, la mayor parte del perdón es recordar: recordar lo mal que te hirieron y lo duro e injusto que te trataron. Es importante anotar esas cosas, meditar sobre el dolor que te causaron y luego elegir perdonar. Mira al mal directamente a los ojos, reconócelo y déjalo ir.
Recuerda, no puedes sanar lo que no sientes, así que admite los males que te hicieron, y lidia con el dolor mientras caminas hacia la restauración completa.