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¿Es mejor hacer ejercicio o descansar cuando se está enfermo?

Dado que la temporada de resfriados y gripe ya está aquí, la gente tiene que empezar a prepararse para los mocos, la tos seca y los dolores musculares. Sin embargo, muchos se preguntan si es mejor continuar con el mismo programa de ejercicios o postergarlo hasta que pase la enfermedad.

Para ayudar a las personas a sobrellevar esta temporada de gripe, el director de atención primaria del Sistema de Salud de la Universidad de Loyola, el doctor Keith Veselik, sugiere algunas pautas que las personas deben seguir con respecto a la actividad física cuando están enfermas.

Veselik dice:

«Todos sabemos que el ejercicio es clave para la buena salud, pero hay momentos en los que el cuerpo puede necesitar un descanso. Tener que bajar el ritmo cuando se está enfermo es la forma que tiene la madre naturaleza de decir que no hay que forzar y es razonable prestarle atención».

La elección de hacer ejercicio o no depende a veces de la enfermedad o dolencia, explica Vesselik. Nuestro cuerpo ya se ve obligado a trabajar más y a utilizar más energía cuando luchamos contra una enfermedad.

Las personas con problemas de corazón, por ejemplo, se ponen en una situación de riesgo al añadir el esfuerzo extra del ejercicio cuando están enfermas. Los diabéticos también deben ser conscientes de sus riesgos. Cuando están enfermos, sus niveles de glucosa en sangre aumentan y bajan cuando hacen ejercicio, lo que significa que tendrían que controlar sus niveles de glucosa con más frecuencia de lo normal.

Veselik aconseja buscar asesoramiento profesional si tiene una enfermedad y no es consciente de las consecuencias de hacer ejercicio mientras está enfermo. Sin embargo, si sus síntomas están por encima del cuello (dolor de garganta, secreción nasal), no hay problema en hacer ejercicio, señala.
Veselik añade:

«Si no se siente bien, pero sigue queriendo hacer ejercicio, rebaje sus expectativas sobre lo que puede hacer. No tiene que estar necesariamente en la cama todo el día, pero no puede esperar tener el mismo nivel de energía que tendría si no estuviera enfermo».

Sin embargo, no debe hacer ejercicio si experimenta ciertos síntomas, incluyendo:

  • dolores corporales
  • fiebre
  • diarrea o vómitos
  • dificultad para respirar o congestión en el pecho
  • mareos o aturdimiento

Es importante que también tenga en cuenta dónde va a hacer ejercicio y quién podría contagiarse de su enfermedad.

«Aunque compartir suele ser algo bueno no es así cuando se trata de gérmenes. Si tose y estornuda, no vaya a la clase de zumba o al partido de baloncesto y vaya a dar un paseo o a correr solo», dice Veselik. «Además, limpia siempre las máquinas del gimnasio. Nunca se sabe quién la utilizó antes que tú».

Cuando vuelvas a tu rutina de ejercicios habitual, ten cuidado de no ponerte un listón demasiado alto, advierte. «Es importante ir despacio al volver a la rutina. No podrá hacer tanto de inmediato y eso está bien. Al principio, debe ser un 50 por ciento de esfuerzo y un 50 por ciento de duración. Escucha a tu cuerpo y aumenta según lo que te diga», dice Veselik.

Escrito por Sarah Glynn