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Determinar el riesgo de desarrollar coágulos de sangre antes de suspender la medicación anticoagulante

Determinar el riesgo de desarrollar coágulos de sangre antes de suspender la medicación anticoagulante

24 de junio de 2011

Escucha Mayo Clinic:

He tenido dos coágulos de sangre en dos años, pero en los últimos nueve meses no he tenido problemas. ¿Cuánto tiempo debo tomar warfarina? Me preocupa la posibilidad de que se produzca otro coágulo, pero no me gusta tomar la medicación.

Respuesta:
Los coágulos de sangre en las venas son frecuentes y tienen tendencia a reaparecer, sobre todo cuando se deja de tomar la medicación anticoagulante. Determinar cuánto tiempo debe seguir tomando un anticoagulante, como la warfarina (Coumadin), puede ser complicado. Hay que sopesar el riesgo de que se forme otro coágulo si se deja de tomar la warfarina y el riesgo de que se produzcan complicaciones hemorrágicas si se sigue tomando la medicación. La decisión también depende de la causa del coágulo, así como de sus preferencias sobre la toma de la medicación.

La warfarina es un fármaco que disminuye la capacidad de coagulación de la sangre y ayuda a prevenir la formación de coágulos en los vasos sanguíneos. Aunque no disuelve los coágulos sanguíneos que ya se han formado, la warfarina puede evitar que los coágulos existentes aumenten de tamaño.

La primera cuestión a tener en cuenta es la presencia de factores de riesgo que puedan contribuir al desarrollo de sus coágulos sanguíneos. Los factores de riesgo pueden dividirse en categorías adquiridas o heredadas. Los factores de riesgo adquiridos pueden ser temporales, como una cirugía o una lesión. Si es así, el tratamiento con warfarina durante tres a seis meses suele ser suficiente. Sin embargo, algunos factores de riesgo adquiridos pueden ser permanentes, como un cáncer incurable. En esa situación, suele recomendarse el tratamiento con anticoagulantes de por vida.

Una serie de afecciones hereditarias aumentan la tendencia a formar coágulos de sangre. Se dividen en categorías leves y agresivas. Para las afecciones leves, el tratamiento con warfarina suele limitarse a tres o seis meses. En el caso de los trastornos hereditarios de la coagulación más agresivos -como las deficiencias de ciertas proteínas o algunas mutaciones genéticas- se recomienda una duración más larga de la warfarina.

En todas estas situaciones, las recomendaciones de tratamiento son bastante sencillas. Sin embargo, algunas personas con coágulos de sangre no tienen una razón adquirida o heredada para formar coágulos. En cambio, los coágulos parecen formarse sin ninguna razón en particular. Como la coagulación no tiene una buena explicación, es difícil predecir si estas personas tendrán otro coágulo. En esta situación, el riesgo de coágulos recurrentes debe sopesarse frente al riesgo de hemorragia con el tratamiento con anticoagulantes a la hora de decidir cuánto tiempo se debe continuar con el tratamiento con warfarina.

Un enfoque típico es completar de tres a seis meses de tratamiento. En ese momento, usted y su proveedor de atención médica deben discutir si está tolerando bien la medicación. Entre los aspectos a tener en cuenta están si ha tenido complicaciones hemorrágicas y si la dosificación de la warfarina ha sido fácil o si se han necesitado múltiples cambios de dosificación.

También deben tenerse en cuenta sus preferencias. Las personas suelen pertenecer a una de estas tres categorías. Algunos quieren seguir tomando warfarina porque temen que se produzca otro coágulo. Otros quieren dejar la warfarina por la incomodidad de tomar y controlar la medicación. Y algunos se debaten entre los dos extremos y no saben exactamente qué hacer.

Para el tercer grupo, las pruebas adicionales pueden ayudar a determinar su riesgo de nuevos coágulos. Un análisis de sangre denominado dímero D de fibrina mide el nivel de coagulación en curso en la sangre. Si el dímero D es elevado un mes después de suspender la warfarina, el riesgo anual de recurrencia es de aproximadamente el 10%. Si el dímero D es normal, el riesgo de recurrencia es de aproximadamente el 3%.

La ecografía, que utiliza ondas sonoras para crear imágenes del interior del cuerpo, incluidas las venas, también puede ser útil. Si una ecografía muestra que el coágulo anterior ha desaparecido, el riesgo de recurrencia es bastante bajo. Si el coágulo sigue presente, el riesgo de recurrencia es mayor.

Antes de tomar una decisión, hable con su médico sobre estos temas para que le ayude a determinar su riesgo de desarrollar coágulos de sangre en el futuro y el papel que puede desempeñar la medicación anticoagulante en curso para reducir ese riesgo.

– Robert McBane, M.D., Cardiovascular Diseases, Mayo Clinic, Rochester, Minn.