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Así que aún no he superado a mi ex – La ciencia dice que es totalmente normal

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Ha pasado meses desde que tú y tu ex rompisteis pero aún sientes un dolor de corazón tan poderoso que se arrastra y envenena tu cuerpo, cavando en tu propio núcleo. Como las arenas movedizas, cuanto más luches contra él, más profundo te tragará.

Intentas seguir adelante, volver a salir (todos tus amigos parecen pensar que es exactamente lo que necesitas hacer). De repente, te encuentras con una persona con la que deberías querer estar: es perfecta para ti en todos los sentidos. Sus ojos se clavan con anhelo en los tuyos, todo parece estar bien… pero en cuanto empiezas a sentirte feliz por un momento, la cara de quien te rompió el corazón viene corriendo a tu mente y tus recuerdos de ellos se sienten más vivos y estimulantes que nunca, abrumando tus posibles sentimientos por la persona que tienes delante.

No te pasa nada… de hecho hay una explicación científica de por qué no puedes seguir adelante.

Según investigadores de la Universidad de Stony Brook, tu incapacidad para dejar ir puede ser achacada a tu núcleo accumbens, el área de tu cerebro asociada a la recompensa, que los investigadores creen que está fomentando esa adicción a tu ex. Según el estudio, «los hallazgos son consistentes con la hipótesis de que el amor romántico es una forma específica de adicción», señalando que las imágenes cerebrales mostraron similitudes entre el rechazo romántico y un antojo de cocaína.

Sí, cuando estás enamorado y rompes, esa emoción puede sentirse igual que la retirada de una adicción severa a las drogas.

Para poner a prueba su hipótesis del amor como adicción, Helen Fisher, profesora de investigación y miembro del Centro de Estudios de la Evolución Humana de Rutgers, reclutó a 15 hombres y mujeres heterosexuales en edad universitaria que aún estaban en carne viva y se tambaleaban por una ruptura reciente. De media, los participantes habían sido rechazados unos dos meses antes del estudio y decían seguir enamorados.

Mientras los participantes miraban imágenes de sus ex amantes, los investigadores observaron imágenes del cerebro de los participantes. Las partes del cerebro que se iluminaron fueron las mismas que se asocian con la adicción a la cocaína y la nicotina, el dolor físico, la angustia y el apego. Según Fisher, «simplemente anhelas a esa persona. Estás dispuesto a hacer locuras, estupideces». Al igual que lo haría una persona mientras lucha contra una adicción a las drogas, dijo, una persona enamorada se obsesiona, anhela y distorsiona la realidad.

No te preocupes, esto no significa que estarás estropeado de por vida. Este estudio puede realmente ayudarte a superar tu adicción al amor.

El truco es tratar tu desamor como una adicción. Lo que significa no tener contacto físico con la persona que anhelas, no hablar, ni acosar en las redes sociales, ni enviar correos electrónicos vergonzosos, mensajes de texto borrachos o mensajes de voz desesperados; no mirar fotos viejas mientras escuchas canciones deprimentes ni engañarte a ti mismo pensando que puedes seguir siendo «sólo amigos.»

Es como intentar dejar los cigarrillos y decirte a ti mismo que sólo te tomarás «uno al día» y que al final lo dejarás, no va a suceder.

Básicamente, la ciencia confirma el viejo adagio de que el tiempo cura todas las heridas. Fisher afirma que su estudio demuestra que, a medida que pasa el tiempo, disminuye la actividad en las partes del cerebro asociadas con el apego y la adicción.

Así que aguanta. Con el tiempo se te pasará ese antojo de aparecer «espontáneamente» donde tu ex se registró en Foursquare o Facebook.

Y pase lo que pase, agradece que no eres esa gente.

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