El número de mujeres en las facultades de medicina y en la formación médica ha aumentado drásticamente y se acerca al 50% en general, pero el número de mujeres que asciende a puestos de responsabilidad y liderazgo no es ni de lejos tan alto. Hay muchas razones por las que el número de mujeres en puestos de liderazgo en la medicina académica no ha seguido el ritmo del número de mujeres que entran en el campo de la medicina. Dos temas populares son el techo de cristal (que se refiere a una barrera invisible para el ascenso) y la fuga de personal docente (la pérdida de mujeres a lo largo del camino, o tubería, hacia el ascenso). Creo que ambos entran en juego. Los problemas del techo de cristal suelen ser de dos tipos: los relacionados con la cultura institucional y los relacionados con problemas de prejuicios, especialmente los inconscientes. Los problemas de filtraciones incluyen los retos de la integración de la vida laboral y personal y la necesidad de desarrollar el liderazgo de las mujeres. Todos estos problemas tienen solución. Entre ellas, mejorar la cultura institucional; asegurarse de que las mujeres avanzan con la misma rapidez que los hombres y reciben una remuneración equitativa; garantizar la existencia de recursos que ayuden a conciliar la vida laboral con la personal, en relación no sólo con la familia sino con todos los aspectos de la vida; y proporcionar una formación adecuada en materia de tutoría y liderazgo. Estas medidas ayudarán a todo el profesorado, ya que los factores que dificultan el avance de las mujeres pueden perjudicar también a los hombres. Aunque estos temas son de aplicación general, hay estrategias que pueden abordarlos todos. Sólo tenemos que ser conscientes y proactivos, y conseguiremos romper el techo de cristal y reparar la tubería agujereada.