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4 Razones por las que siempre estás tan malditamente hambriento

Han pasado exactamente dos horas y 36 minutos desde tu última comida. Lo sabes porque has estado mirando el reloj. Para ti, los antojos son una forma de vida. Tu estómago es un pozo sin fondo. La segunda cena es imprescindible. Y tener «hambre» es una amenaza real y siempre presente.

¿Qué pasa? Hemos hablado con la doctora Pamela Peeke, asesora científica principal de Elements Behavioral Health y autora de The Hunger Fix, sobre las principales razones por las que algunas mujeres están siempre hambrientas. Compruébelo y sienta por fin que está llena.

1. Tienes un metabolismo rápido
Algunas mujeres han nacido con suerte (gracias, genética). Otras han trabajado duro, han ganado músculo y han acelerado así su metabolismo. Y, por supuesto, cuanto más rápido sea tu metabolismo, más combustible necesitarás. Según una investigación de la Universidad de Vermont, alrededor del 32% de las personas tienen un metabolismo que difiere en más de un 8% (mayor o menor) de la media de la población. Así que tener un metabolismo rápido puede suponer quemar entre 100 y 400 calorías extra al día, dice Peeke. No es tanto como se podría esperar, pero explicaría esa segunda ración de lasaña que acabas de comer.

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2. Está comiendo alimentos refinados
Los alimentos procesados -como el pan blanco, las galletas, incluso los aderezos para ensaladas- elevan su nivel de azúcar en la sangre, dejan que se desplome y luego lo dejan con más hambre de la que tenía antes de comerlos. Una investigación publicada en el International Journal of Obesity muestra que los alimentos ricos en grasa y azúcar interfieren con las sustancias químicas que regulan el estado de ánimo en el cerebro, lo que conduce a síntomas de depresión y a comer en exceso. «El azúcar refinado, al tener un efecto tan potente en el centro de recompensa del cerebro, es la razón más común por la que el apetito de las personas se mantiene tan alto a lo largo del día», dice Peeke. Limita la cantidad de alimentos envasados que consumes, y quédate con los carbohidratos integrales siempre que sea posible.

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3. Tus hormonas están fuera de control
El síndrome premenstrual es una cosa, pero algunos enigmas hormonales pueden hacer que tengas hambre todo el mes. Tener hipertiroidismo, una glándula tiroidea hiperactiva, es la causa hormonal más común del hambre constante, dice Peeke. Cuando las hormonas tiroideas son demasiado altas, las funciones vitales del cuerpo se aceleran y se quema energía más rápido de lo previsto. La enfermedad de Grave, un trastorno inmunológico que afecta a la glándula tiroidea, es la causa más común de hipertiroidismo. Por otra parte, la hipoglucemia (niveles de azúcar en sangre perpetuamente bajos), así como la prediabetes y la diabetes (niveles de azúcar en sangre demasiado elevados), también pueden provocar picos de hambre, afirma. Si usted cree que cualquiera de los anteriores podría aplicarse a usted, hable con su médico acerca de la evaluación de cualquier desequilibrio hormonal.

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4. Confundes el hambre con el apetito
Siento decírtelo, pero muchas mujeres que «siempre tienen hambre» en realidad sólo quieren comer siempre. «El hambre es un impulso biológico primario asociado a síntomas físicos, como el dolor de cabeza, los temblores y las contracciones intestinales que provocan ese sonido hambriento y gorgoteante del estómago», dice Peeke. «El apetito es un impulso psicológico en el que se desea un alimento concreto y se busca». Aunque lo ideal sería que ocurrieran juntos, no es así. Esta es la mejor manera de saber si realmente tienes hambre.

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