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¿Por qué son contagiosas las sonrisas? Un estudio fMRI de la interacción entre la percepción del afecto facial y los movimientos faciales

En la comunicación humana suele haber una estrecha relación entre la percepción de un rostro emocionalmente expresivo y la respuesta facial del propio espectador. Mientras que la percepción y la generación de expresiones faciales se han estudiado por separado con métodos de imagen funcional, no existen estudios sobre su interacción. Combinamos la presentación de caras emocionalmente expresivas con la instrucción de reaccionar con movimientos faciales predeterminados y asignados. Se utilizó fMRI en un diseño relacionado con eventos para examinar a sujetos sanos mientras miraban caras felices, tristes o neutras y se les instruyó para que movieran simultáneamente las comisuras de sus bocas (a) hacia arriba o (b) hacia abajo, o (c) para que se abstuvieran del movimiento. Los movimientos faciales de los sujetos se grabaron con una cámara de vídeo compatible con la RM. Las latencias de los movimientos se acortaron en las situaciones congruentes (por ejemplo, la presentación de una cara feliz y combinada con movimientos hacia arriba) y se retrasaron en las situaciones no congruentes. Los estímulos disonantes, más que los congruentes, activaron el córtex prefrontal inferior y el córtex somatomotor bilateralmente. La condición congruente, en particular al ver una cara feliz, activó los lóbulos basotemporales mediales (hipocampo, amígdala, región parahipocampal). Nuestra hipótesis es que esta región facilita los movimientos faciales congruentes cuando se percibe una cara emocionalmente expresiva y que forma parte de un sistema de movimientos faciales emocionales no volitivos.