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Lagartija ibérica

Debido a su estilo de vida subterráneo, la lagartija ibérica presenta unos ojos característicamente pequeños y primitivos. Estos ojos dejan al B. cinereus con una incapacidad casi total para ver, distinguiendo únicamente los cambios en la intensidad de la luz. Sin embargo, B. cinereus ha compensado su falta de visión mediante el desarrollo de un sistema de señalización quimiosensorial. La señalización quimiosensorial está mediada por el órgano vomeronasal, extremadamente sensible, situado en la cabeza del B. cinereus. La respuesta a los estímulos químicos individuales puede medirse contando los movimientos de la lengua.

Señalización de la presaEditar

Los bastoncillos de algodón que muestran indicadores químicos específicos de la presa provocan respuestas de movimientos de la lengua por parte del B. cinereus. Sin embargo, no hay diferencia en esta respuesta entre las señales de presa y las de no presa. En cambio, las pruebas con presas vivas en lugar de bastoncillos de algodón han demostrado que B. cinereus puede discriminar claramente entre presas vivas y no presas vivas basándose en las sustancias químicas que desprenden los individuos. En las pruebas se ha observado una correlación consistente y directa entre un mayor promedio de movimientos de la lengua en presencia de presas vivas que en presencia de presas no vivas. La distinción entre las pruebas con hisopos de algodón y con presas vivas sugiere la capacidad de B. cinereus para distinguir las señales químicas de presas vivas y de no presas.

Señalización de depredadoresEditar

También se han realizado estudios con hisopos de algodón que emiten señales quimiosensoriales de depredadores para cuantificar los mecanismos de respuesta antipredadora de la lagartija ibérica. Se probaron hisopos con señales de depredadores como la culebra lisa del sur, Coronella girondica, el ciempiés escolopendromorfo (Scolopendra) y la eslizón de Bedriaga, Chalcides bedriagai. Una vez más, se utilizó la cantidad y la tasa de movimientos de la lengua para cuantificar la respuesta antipredadora, así como cualquier acto defensivo realizado sobre el hisopo. Se observaron altas tasas de movimientos de la lengua para los tres productos químicos depredadores, con mordeduras defensivas por parte de los sujetos de B. cinereus sobre los hisopos con olor a serpiente o ciempiés. Aunque no se puede hacer una afirmación concluyente sobre la jerarquía de los depredadores basándose en las sacudidas de la lengua, la respuesta de autodefensa indicaría que el eslizón es la mayor amenaza para B. cinereus.

Señalización del hábitatEditar

También se ha visto evidencia de una respuesta de señalización quimiosensorial entre el lagarto gusano ibérico y su entorno. Este fenómeno se ha visto en el tiempo que tarda la respuesta antipredadora de escarbar en el suelo en lugares conocidos y desconocidos. Se observa un retraso en el enterramiento de B. cinereus al recibir señales de depredadores en un lugar desconocido, pero tan pronto como el B. cinereus es devuelto a su hábitat familiar su respuesta de enterramiento aumenta considerablemente. Las secreciones precloacales de los machos y las hembras incluyen ésteres de ácidos carboxílicos de cadena larga que se cree que se secretan a lo largo de los túneles para ayudar a los múltiples lagartos ibéricos a encontrar su camino.

Señalización de diferenciación sexualEditar

La señalización quimiosensorial es especialmente importante en la diferenciación sexual entre los lagartos ibéricos. Las feromonas liberadas por las glándulas precloacales del macho y de la hembra tienen una composición específica para cada sexo. Se han aislado las secreciones de estas glándulas precloacales y se ha identificado su contenido tanto para el macho como para la hembra. El compuesto escualeno es secretado en altas concentraciones por los machos, mientras que el tocoferol es específico de las secreciones femeninas. Se ha comprobado que el papel del escualeno en las secreciones masculinas es suficiente para un reconocimiento masculino, mientras que el tocoferol sólo se sospecha en base a sus altas concentraciones en las excreciones femeninas y no en las masculinas.