(Reuters Health) – – Aunque los cambios hormonales después de la menopausia producen síntomas similares en muchas mujeres, las diferencias culturales aún pueden moldear la forma en que las personas experimentan esta etapa de la vida, sugiere un estudio.

Los investigadores revisaron los resultados de una encuesta online en la que se preguntaba a 8.200 hombres y mujeres mayores de Norteamérica y Europa cómo afectaba la menopausia a su vida sexual y a sus relaciones, y encontraron quejas similares en los distintos países. Pero la magnitud del sufrimiento de los síntomas típicos, como la sequedad vaginal, los sofocos y el aumento de peso, variaba según la nacionalidad.

«En las sociedades en las que la edad es más venerada y la mujer mayor es la más sabia y mejor, los síntomas de la menopausia son significativamente menos molestos», dijo por correo electrónico la autora principal del estudio, la doctora Mary Jane Minkin, profesora de obstetricia, ginecología y salud reproductiva de la Facultad de Medicina de Yale. «Cuando mayor no es mejor, muchas mujeres equiparan la menopausia con la vejez, y los síntomas pueden ser mucho más devastadores.»

Las mujeres entran en la menopausia cuando dejan de menstruar, lo que suele ocurrir entre los 45 y los 55 años. A medida que los ovarios frenan la producción de las hormonas estrógeno y progesterona en los años que preceden a la menopausia, las mujeres pueden experimentar síntomas que van desde periodos irregulares y sequedad vaginal hasta cambios de humor e insomnio.

Minkin y sus colegas centraron su análisis en mujeres posmenopáusicas de entre 55 y 65 años, y en hombres con relaciones con mujeres de esta edad, en el Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Suecia, Dinamarca, Finlandia, Noruega, Francia e Italia.

La encuesta se diseñó principalmente para evaluar cómo la atrofia vaginal, que puede incluir sequedad, irritación, picor o dolor, afectaba a las relaciones de los participantes. Pero el cuestionario basado en la web también exploró otros síntomas de la menopausia y examinó si la gravedad de estas dificultades coincidía con lo que las personas habían esperado experimentar.

Tal vez no resulte sorprendente, dado el objetivo principal del estudio, que la sequedad vaginal fuera la principal queja que declararon tanto hombres como mujeres, independientemente de la nacionalidad, informan los investigadores en la revista Menopause.

En todos los países del estudio, este síntoma fue más comúnmente reportado en Canadá, donde el 85 por ciento de las mujeres y el 81 por ciento de los hombres lo citaron como una preocupación. Los italianos fueron los menos propensos a enumerar esta queja, que fue señalada por el 65 por ciento de las mujeres y el 61 por ciento de los hombres.

Muchos síntomas fueron más frecuentes entre las mujeres de EE.UU., el Reino Unido y Canadá, y menos comunes entre las mujeres de Suecia e Italia, según el estudio. Los hombres estadounidenses, británicos y canadienses, sin embargo, eran más propensos a informar de los síntomas en sus parejas femeninas.

En general, los hombres clasificaron los cambios de humor y el dolor vaginal durante el coito entre sus cinco principales quejas relacionadas con la menopausia, mientras que para las mujeres, los trastornos del sueño y el aumento de peso fueron más importantes.

Entre las mujeres, las residentes en Dinamarca, Suecia y Noruega fueron las más propensas a informar de que la menopausia les resultó mejor de lo que esperaban, mientras que las participantes que vivían en Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Canadá eran más propensas a encontrar la menopausia mucho peor de lo que habían previsto.

Los resultados podrían no reflejar las experiencias de una población más amplia porque la encuesta se diseñó para reclutar sólo a mujeres con dolor vaginal y a hombres que lo experimentaran con sus parejas, dijo por correo electrónico Melissa Melby, antropóloga de la Universidad de Delaware.

Aún así, las diferencias culturales destacadas por las respuestas de la encuesta subrayan cómo las diferencias regionales en la dieta, la actividad física, las actitudes hacia el envejecimiento y las expectativas sobre la menopausia podrían influir en la forma en que la gente experimenta los síntomas, dijo Melby, que no participó en el estudio.

«Si los síntomas de la menopausia se debieran únicamente a los cambios hormonales, entonces la experiencia de la menopausia sería más homogénea», dijo por correo electrónico la doctora Sandra Thompson, profesora de salud rural en la Universidad de Australia Occidental.

Los síntomas que se asocian directamente a la disminución de estrógenos son los sofocos, los sudores nocturnos, la sequedad vaginal y el insomnio, dijo Thompson, que no participó en el estudio. Así que no es de extrañar que estas fueran las principales quejas en el estudio, independientemente de la nacionalidad.

Sin embargo, la cultura entra en juego cuando las mujeres evalúan la gravedad de los síntomas, dijo.

«El contexto social en el que vive una mujer es importante para su comprensión y experiencia de la transición menopáusica», dijo Thompson. «Cuando se analizan los distintos países, las variaciones en la notificación de los síntomas pueden atribuirse a las diferencias lingüísticas, a las expectativas sobre la menopausia conformadas culturalmente, a los roles de género influenciados culturalmente y a la situación socioeconómica».