Hay una razón científica por la que los perros son tan simpáticos
Dicen que los perros son el mejor amigo del hombre, y si te gustan los perros, es una afirmación que probablemente puedas respaldar. ¿Cómo describir si no a un animal fiel que siempre se alegra de verte, te sigue a todas partes con besos de perro, y al final del día sólo quiere ser amado?
Pues bien, según la ciencia puede haber otra razón por la que algunos perros son tan sociales y extrovertidos con otros humanos, hasta el punto de ser a veces hipersociales. Y no tiene nada que ver con su predilección por un buen rascado de orejas o un plato lleno de croquetas.
Según un estudio publicado en Science Advances, todo podría reducirse a un simple gen. Al observar a los perros excesivamente amistosos, los investigadores descubrieron que son portadores de dos variantes de genes llamados GTF2I y GTF2IRD1. Son los mismos genes que, cuando están ausentes en los seres humanos, causan el síndrome de Williams, una enfermedad en la que hay un exceso de oxitocina, también conocida como la hormona del amor. Como resultado, algunos humanos con síndrome de Williams no pueden evitar amar a todo el mundo.
Considerando que los perros han evolucionado alejándose de los lobos y acercándose a los humanos a lo largo de los años, algunos biólogos creen que los genes pueden tener un efecto similar en nuestros amigos caninos. «Es posible que hayamos criado un síndrome de comportamiento en un animal de compañía», dijo la bióloga evolutiva de Princeton y líder del estudio, Bridgett Von Holdt, a National Geographic.
El estudio señala que, si bien hay una abundancia de investigación dirigida a la relación única entre perros y humanos, la genética detrás de la evolución (y cómo se compara con los lobos) sigue siendo turbia. Así que para profundizar un poco más en este estudio, los biólogos tomaron 18 perros domésticos y 10 lobos grises cautivos, socializados con humanos, y los entrenaron para que abrieran una caja con un trozo de salchicha dentro.
A cada uno de los animales se le dieron tres intentos: uno en el que estaban en una habitación solos, otro en el que estaban en una habitación con un humano conocido, y otro en el que estaban en una habitación con un extraño. En los tres casos los lobos superaron a los perros, pero cuando los humanos estaban presentes la capacidad de atención de los perros disminuía considerablemente: aunque todos sabían cómo abrir la caja, los perros simplemente se distraían con los humanos.
«Este hallazgo sugiere que hay puntos en común en la docilidad genética y canina, y que la selección direccional puede haber apuntado a un conjunto único de genes conductuales vinculados de gran efecto fenotípico, lo que permitió una rápida divergencia conductual de perros y lobos, facilitando la coexistencia con los humanos», señala el estudio.
Hay que hacer investigaciones adicionales para confirmar estos hallazgos, sobre todo teniendo en cuenta que el tamaño de la muestra era tan pequeño. Aun así, como señala Karen Overall, experta en comportamiento canino de la Universidad de Pensilvania, el análisis genético es importante para futuros avances, y los científicos probablemente estén «ladrando» al árbol correcto. Sobre todo porque seguimos viendo cómo los perros evolucionan según las necesidades y deseos actuales del ser humano.
«Ahora estamos seleccionando perros que sean fáciles de mantener, que puedan pasar largos periodos de tiempo en apartamentos pequeños», dijo Overall a National Geographic. «Estamos cambiando activamente el comportamiento de los perros cada año».