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El hombre de las heridas

El hombre de las heridas ilustra diversas lesiones que una persona puede recibir a causa de la guerra, de un accidente o de una enfermedad: cortes y magulladuras producidas por múltiples armas, sarpullidos y pústulas, arañazos de espinas y mordeduras de animales venenosos. La figura también incluye algunos esquemas anatómicos de varios órganos dentro de su inusual abdomen transparente.

The Wound Man from a manuscript made in Germany probably around 1420 (London, Wellcome Library MS 49)
El hombre de las heridas de un manuscrito hecho en Alemania probablemente alrededor de 1420 (Londres, Wellcome Library MS 49)

En versiones manuscritas anteriores, la figura está rodeada de números y frases que indican en qué parte del tratado que la acompaña un sanador podría encontrar un procedimiento útil en particular. Por ejemplo, en un Hombre herido alemán que se encuentra en la Biblioteca Wellcome de Londres (MS 49), la araña que se arrastra por el muslo del hombre está etiquetada como «Wo eine spynne gesticht, 20» («Cuando una araña pica, 20»), dirigiendo al lector al párrafo 20 del libro para encontrar una cura apropiada. Del mismo modo, a lo largo de la gran lanza que atraviesa el costado izquierdo del personaje y penetra en su estómago está escrita la leyenda «So der gross viscus wund wirt, 14» («Si el intestino grueso está herido, 14»). Pasando al correspondiente número de curación 14, el lector encuentra:

14. Ítem: Si el groze darm o el magen o el gederme están heridos, puedes curarlo así: cóselo con un hilo fino y espolvorea puluer de podredumbre sobre él. El mismo polvo es bueno para todas las heridas, y el mejor se puede hacer así. Toma 9 partes de swartz win que es el más rojo y 1 lote de hematita, 1 lote de nuez moscada y de incienso blanco, 3 lotes de goma arábiga, 1 lote de sanguinem draconis y mumie . Machácalo todo, haz un polvo con él y guárdalo cuando lo necesites.

Sin embargo, a pesar de estas heridas, el Hombre Herido sigue siendo representado como si estuviera desafiantemente vivo. Esto reafirma el hecho de que la figura no pretendía ser amenazante: en cambio, explicaba y glorificaba las curas y los tratamientos médicos disponibles en los textos que acompañaba.