El fundador Will Lanier ha sido galardonado como «Defensor del Paciente del Año» por la Fundación Crohn y Colitis
Will, entrenador físico, no tiene el aspecto de una persona «enferma». Bajo su apariencia de buen estado físico se esconden los efectos de una enfermedad que ha asolado su cuerpo durante más de una década. En 2005, a Will le diagnosticaron colitis ulcerosa, una enfermedad digestiva debilitante que provoca dolor abdominal, diarrea persistente, sangrado rectal, fiebre, pérdida de peso y mucho más.
Will pasó una década luchando contra su enfermedad. Las visitas al médico, los exámenes en el consultorio, las sigmoidoscopias, las colonoscopias, los medicamentos y mucho más formaban parte de su rutina habitual. En 2014, los brotes de su enfermedad comenzaron a empeorar. Buscó la opinión de un nuevo médico que le hizo otra colonoscopia. Will esperaba oír que su enfermedad estaba activa y que habría que cambiar su régimen de tratamiento; lo que no esperaba era oír que tenía cáncer de colon a los 28 años.
Su médico encontró un adenocarcinoma de colon, un tipo de cáncer que se desarrolla en las células epiteliales intestinales que recubren el interior del colon y/o el recto. Los pacientes que padecen la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa pueden sufrir complicaciones graves, como el cáncer colorrectal (CCR). El CCR puede aparecer en cualquier parte del intestino grueso y es la segunda causa de muerte relacionada con el cáncer en Estados Unidos. Aunque esta estadística es aterradora, es importante saber que el CCR se puede prevenir y es altamente tratable en las primeras etapas.
Will tuvo la suerte de que le encontraran el tumor cuando lo hicieron – fue lo suficientemente temprano como para poder extirpar el tumor quirúrgicamente, y no requirió quimioterapia. Acabó sometiéndose a tres cirugías: una para extirpar el colon y crear una ileostomía, una segunda para crear una anastomosis ileal (también conocida como bolsa en J) y una tercera para revertir la ileostomía.
La duración de la enfermedad y la extensión del colon afectado son dos factores de riesgo clave que influyen en el desarrollo de CCR entre los pacientes con EII. El riesgo de CCR no empieza a aumentar hasta 8 ó 10 años después de desarrollar una colitis ulcerosa o una enfermedad de Crohn que afecte al colon. Las personas en las que todo el colon está implicado tienen el mayor riesgo, y las que sólo tienen inflamación en el recto tienen el menor riesgo.
Casi dos años después de su última operación, Will está libre de cáncer. ¿Su consejo para los pacientes que experimentan cualquier complicación de la EII? Permítanse sentir emociones.
«Esta ha sido la mayor lección que he aprendido. No puedes enterrar tus emociones o embotellarlas. Hay que sentirlas. Abrázalas. Si estás triste… estate triste. Si estás enfadado… grítalo. Al final, te darás cuenta de que los sentimientos y las emociones negativas son una pérdida de tiempo y empezarás a ver lo bueno de todas las cosas que te ocurren».