En 2015, el popular sitio de pornografía en línea Pornhub -que cuenta con más de 115 millones de visitas diarias- publicó un hallazgo que tomó por sorpresa a la investigadora en sexualidad Lucy Neville: Las mujeres son responsables de más de un tercio de las visualizaciones de porno masculino gay del sitio.

El hallazgo plantó la semilla de lo que finalmente se convertiría en un libro, «Girls Who Like Boys Who Like Boys», que se publicó a principios de este mes. En él, Neville, profesora de la Universidad de Leicester (Reino Unido), investiga lo que las mujeres disfrutan al consumir pornografía masculina gay y cómo encaja con sus percepciones de género y sexualidad.

«Definitivamente, objetivan a las mujeres y no las tratan como personas», dijo Christina sobre el porno heterosexual. «Muchas veces parece que las mujeres no lo disfrutan realmente».

Neville entrevistó y encuestó a más de 500 mujeres durante cinco años para el proyecto. Muchas de las mujeres con las que habló dijeron que «gran parte del problema que tienen con el porno heterosexual es que se centran en el cuerpo femenino» sin prestar suficiente atención a los hombres.

«El porno gay da la oportunidad de mirar la forma masculina y la belleza masculina y la cara masculina al llegar al orgasmo», dijo Neville.

«Lo que más les gustó a las mujeres del porno masculino es la versatilidad, y con el porno heterosexual te van a penetrar finalmente, y eso es aburrido», añadió. «Muchas de las formas en las que se puede jugar con los hombres son más excitantes, más experimentación, más abiertas a la negociación».

Otro hallazgo clave en el transcurso de la investigación de Neville fue que el 55 por ciento de las mujeres que entrevistó dijeron que se habían imaginado a sí mismas como hombres mientras consumían erótica masculina gay.

«Lo encontraron bastante liberador, la idea de que podías fingir o imaginarte a ti misma como un hombre o alguien que es de género fluido», explicó Neville. «Personalmente, yo también lo he hecho siempre, pero pensaba que era un poco raro. Fue interesante descubrir que la mitad de la muestra lo había hecho».

Las mujeres encuestadas también expresaron un «fuerte deseo de consumir porno que sea ético de alguna manera», dijo Neville, y encontraron que parte del porno heterosexual era «explotador». Descubrió que había una sensación generalizada entre los entrevistados de que los actores masculinos participan en la pornografía porque disfrutan del sexo, mientras que algunos entrevistados indicaron que estaban preocupados por las mujeres intérpretes y la dinámica de género en el porno heterosexual.

Anjelika, de 38 años, que no quiso compartir su apellido porque no quería revelar públicamente sus hábitos de ver porno, es fundadora de una startup en San Francisco que se identifica como bisexual. Dijo que ve porno masculino gay unas cuantas veces al mes y, haciéndose eco de las conclusiones de Neville, dijo que disfruta especialmente de su imprevisibilidad y versatilidad.

La subversión de ver porno que no es «para ella» es también parte de la diversión, dijo.

«El componente travieso es muy importante, y me parece que dos hombres atractivos practicando sexo es algo muy bonito», explicó.

Anjelika también dijo que algunos de los vídeos que aparecen en la sección heterosexual de los sitios web de porno le desagradan.

«A veces ves esos vídeos de ‘anal sorpresa'», dijo Anjelika, «y yo digo: ‘anal sorpresa’ es como una violación anal, lo siento».

Los vídeos de porno hetero le parecen «deshumanizantes», dijo, y añadió que «la mayoría de las veces» no parece que las mujeres «se lo estén pasando bien».»

Chris, que también se negó a compartir su apellido por la misma razón que Anjelika, dijo que consume erótica masculina gay y que le apaga el porno heterosexual.

«Definitivamente están objetivando a las mujeres y no las tratan como personas», dijo sobre el porno con hombres y mujeres. «Muchas veces parece que las mujeres no están disfrutando realmente».

La residente en Los Ángeles, de 30 años, dijo que incluso en el porno gay agresivo «parece que el placer que obtienen ambos es muy, muy diferente al del porno heterosexual agresivo».

Mientras realizaba la investigación sobre las espectadoras del porno gay, una de las preocupaciones que tenía Neville era si los hombres homosexuales estarían preocupados por la fetichización del sexo masculino gay. Pero después de entrevistar a más de 200 hombres homosexuales, informó de que la mayoría no veía ningún problema en este fenómeno.