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El poder de elección es uno de los mayores regalos que se nos conceden. De hecho, es tan importante que el privilegio de elegir se les quita a los reclusos como una forma de castigo.
Aunque usted toma muchas decisiones cada hora del día, rara vez hace elecciones neutrales.

Cada elección tiene una consecuencia positiva o negativa en algún nivel. Tus decisiones influyen directamente en cómo gastas tus preciosos recursos: tiempo, dinero y energía. La forma en que gastas tus valiosos recursos es un reflejo directo de tus valores.

Benjamin Franklin se refirió a las decisiones basadas en los valores cuando dijo: «Nos encontramos en una encrucijada, cada minuto, cada hora, cada día, haciendo elecciones. Elegimos los pensamientos que nos permitimos pensar, las pasiones que nos permitimos sentir y las acciones que nos permitimos realizar. Cada elección se hace en el contexto de los sistemas de valores que hemos seleccionado para gobernar nuestras vidas. Al seleccionar ese sistema de valores, estamos, de una manera muy real, haciendo la elección más importante que jamás haremos…»

Entonces, si no utilizas tus valores para tomar decisiones y guiar tus acciones, ¿para qué los tienes? Si tú no valoras tus valores, nadie más lo hará. Tus decisiones influyen directamente en cómo gastas tus preciosos recursos: tiempo, dinero y energía. La forma en que gasta sus valiosos recursos es un reflejo directo de sus valores.

Un vistazo a su calendario y a su presupuesto de gastos da una idea precisa de lo que valora. Tomar decisiones basadas en los valores no es algo de vez en cuando; es una acción diaria. Por ejemplo, podría decir que sus prioridades en cuanto a la forma de emplear su tiempo podrían ser los miembros del equipo en primer lugar, los clientes en segundo lugar y la alta dirección en tercer lugar.

Con ese valor como guía, resulta más fácil decir «sí» a la hora de dedicar su tiempo a sus componentes de mayor prioridad y decir ocasionalmente «no» a las peticiones de los componentes de menor prioridad. Decir «no» no significa sólo decírselo a otras personas. Los entrenadores inspiradores suelen decirse «no» a sí mismos. Cuando basamos nuestras decisiones en nuestros valores, estamos dispuestos a sacrificar el día de hoy diciendo «no» a algo que podría ser divertido o tentador, con el fin de lograr la recompensa de mañana de realizar nuestra visión para un equipo, proyecto, tarea, interacción de coaching, etc.

Tomar decisiones basadas en valores elimina gran parte del estrés y la presión de tomar decisiones «en el momento». Cuando se miran las opciones o elecciones en el espejo de los valores, la elección correcta se vuelve rápidamente obvia. Alinear las decisiones con tus valores también te permite pensar con claridad en las consecuencias de esas decisiones, ya sean buenas o malas. Seleccione sólo unos pocos valores fundamentales, pero viva y lidere con ellos de forma inquebrantable, especialmente cuando sea difícil mantenerlos. Los valores no probados no están tan arraigados como los valores probados.

La mejor manera de probar los valores es aplicarlos cada día con cada decisión e interacción. Así que, cuando se enfrente a decisiones, utilice sus valores para ayudarle a determinar qué hacer. Tomar decisiones basadas en valores envía un fuerte mensaje a su equipo sobre el carácter de su liderazgo.

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