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BULLYING MUST STOP

El acoso es personal. Está en tu cara. El bullying intimida, coacciona, avergüenza y promueve la impotencia. El bullying no respeta a la persona. El estatus socioeconómico, la raza o el género no importan. El acosador utiliza las palabras y la presencia física para perpetuar su comportamiento tortuoso y los medios sociales como Facebook, Instagram, Snapchat o Twitter para multiplicar masivamente la devastación. El acoso escolar afecta tanto a la víctima como al agresor. Las raíces psicológicas del bullying se basan en el deseo de dominar y controlar a alguien, haciendo que el agresor se sienta más poderoso. Las víctimas corren el riesgo de convertirse en acosadores de otros.

El Centro de Control de Enfermedades (CDC) en un estudio longitudinal, encontró que hay una fuerte evidencia para apoyar un vínculo entre la violencia en el hogar y la intimidación. El comportamiento de acoso entre los niños y los adultos está rodeado de un espectro multidimensional de factores que tienen sus raíces en los primeros años de vida. La agresión persistente a una edad temprana aumenta el riesgo de delincuencia juvenil posterior, violencia en la edad adulta, fracaso escolar y problemas con los compañeros. Las interconexiones entre los comportamientos de las víctimas y los de los agresores sugieren que ambos grupos corren el riesgo de sufrir abuso de alcohol y sustancias, bajo rendimiento académico, depresión, suicidio y comportamientos antisociales. Como en el reciente y trágico tiroteo en una escuela, el tirador adolescente tiene un historial de depresión, bajo rendimiento académico, comportamiento antisocial y ha experimentado burlas, acoso y ostracismo social.

Los expertos y los grupos de defensa identifican 4 tipos de acoso: verbal, físico, social y cibernético.

Verbal:

  • Burlas
  • Comentarios sexuales inapropiados
  • Insultos
  • Amenazas de daño físico

Físico:

  • Acoso
  • Enfrentamiento físico
  • Degradar a otra persona
  • A veces puede ser de naturaleza sexual

Social:

  • Difundir rumores
  • Dejar a alguien fuera de una actividad o grupo
  • Avergonzar públicamente a una persona
  • Alentar a otros a evitar a cierta persona o grupo

Cyber:

  • Uso de dispositivos digitales como teléfonos móviles, ordenadores y tabletas.
  • El ciberacoso puede producirse a través de SMS, mensajes de texto y aplicaciones, o en línea en los juegos sociales
  • donde la gente puede ver, participar o compartir contenido
  • Enviar, publicar o compartir contenido negativo, dañino, falso o mezquino sobre otra persona.
  • Compartir información personal o privada sobre otra persona causando vergüenza o humillación.
  • Algunas veces el ciberacoso cruza la línea hacia un comportamiento ilegal o criminal.

El acoso desgarra el valor y la dignidad de un ser humano y puede llevar a un daño físico y en casos extremos puede terminar en una tragedia sin sentido. Aunque todos los estados tienen leyes penales que se aplican al acoso, no todos tienen estatutos especiales que se aplican al ciberacoso o al acoso que tiene lugar fuera de la escuela. Algunos estados también tienen disposiciones para abordar el acoso si afecta al rendimiento escolar.

El Suplemento de Delitos Escolares 2014-2015 – PDF (Centro Nacional de Estadísticas de Educación y Oficina de Estadísticas de Justicia) indica que, en todo el país, alrededor del 21% de los estudiantes de 12 a 18 años experimentaron acoso. El Sistema de Vigilancia de Conductas de Riesgo de los Jóvenes de 2015 (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) también indica que se estima que el 16% de los estudiantes de secundaria fueron acosados electrónicamente en los 12 meses anteriores a la encuesta.

Sin embargo, muchos de nosotros, como adultos, hemos estado en presencia de «acosadores» adultos que utilizan esas mismas tácticas para salirse con la suya en el lugar de trabajo, en lugares públicos y en el hogar. Utilizan la repetición y la escalada para intimidar a los demás y «ganar» su posición. Ten en cuenta que esto puede ser la «punta del iceberg» y que tienen potencial para ser aún más destructivos de lo que están manifestando, así que no los subestimes. Cuando sea posible, denúncialos para que puedan recibir la ayuda necesaria.

El acoso es un acto cobarde. Si sabes de alguien que ha sido acosado di algo. El silencio no es una opción. Si conoce a alguien que necesita ayuda, póngase en contacto con nosotros en anthemstrongfamilies.org o en el 214.426.9000. Anthem Strong Families ofrece una miniclínica interactiva y sólida sobre el acoso escolar. ¡Ayúdenos a detener este flagelo! Ayúdenos a hacer que nuestras familias y comunidades sean más seguras y fuertes

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