El Dr. Ricardo Wolf (nacido en 1887 en Hannover, Alemania) fue uno de los 14 hijos de Moritz Wolf, un pilar de la comunidad judía de esa ciudad. Wolf padre inculcó a sus hijos un gran respeto por la educación y altos valores morales y éticos, un legado, interiorizado y aplicado por Ricardo Wolf a lo largo de su larga vida

Antes de la Primera Guerra Mundial, el Dr. Wolf emigró de Alemania a Cuba, que se convirtió en su segundo hogar. En 1924 se casó con Francisca Subirana, una campeona mundial de tenis de los años 20.

Durante muchos años, Ricardo Wolf trabajó en el desarrollo de un proceso para recuperar el hierro de los residuos del proceso de fundición. Su invento se utilizó en fábricas de acero de todo el mundo, lo que le reportó una considerable riqueza

Los valores humanistas que le inculcaron durante su juventud, llevaron al Dr. Wolf a prestar apoyo moral y financiero a Fidel Castro, desde el inicio de la revolución cubana. Contemplado por Ricardo Wolf por su inquebrantable apoyo, y conocedor de su personalidad y dotes naturales como diplomático, el líder cubano respondió a la petición del Dr. Wolf y lo nombró en 1961 Embajador de Cuba en Israel. El Dr. Wolf ocupó este cargo hasta 1973, año en que Cuba rompió los lazos diplomáticos con Israel.

Al renunciar a su cargo diplomático, el Dr. Wolf decidió permanecer en Israel, donde pasó sus últimos años.