ABSTRACT

El leitmotiv del Tercer Reich fue la insistencia en la construcción de una Volksgemeinschaft racial, y los organismos nazis buscaban constantemente manifestaciones de este orden político y social. En la visión del mundo nazi, todos los alemanes tenían derecho a la Volksgemeinschaft, independientemente de su origen social, y la tarea de la propaganda nazi era vincular emocional y simbólicamente a los trabajadores a la comunidad racial, sustituyendo su conciencia de clase por una nueva identidad basada en la raza. El artículo sostiene que la fábrica de aviones Junkers de Dessau constituyó un escenario especialmente prometedor para este experimento. Durante el auge del armamento, Alemania Central experimentó un rápido crecimiento industrial, lo que proporcionó un terreno fértil para la identificación con el régimen. Además, las industrias en expansión sirvieron para otro propósito, ya que el propio lugar de trabajo surgió como un escenario importante para las prácticas sociales a través de las cuales podían expresarse las visiones nazis de un nuevo orden social. Utilizando la concepción nazi del «trabajo» (Arbeit) como punto de partida, el artículo muestra cómo las agencias nazis y la propia empresa Junkers intentaron promover la Volksgemeinschaft entre los trabajadores. A pesar de las repetidas afirmaciones de los nazis sobre una ruptura revolucionaria con la sociedad contemporánea, la Volksgemeinschaft no puede entenderse del todo si no se tiene en cuenta cómo el régimen intentó basarse en identidades y creencias preexistentes, como las hazañas de la aviación alemana. Tanto el concepto nazi de «trabajo» como los legados de la aviación alemana acentuaron los aspectos inclusivos y excluyentes de la Volksgemeinschaft, y al mismo tiempo la hicieron más accesible para los alemanes de a pie.