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Lección nº 1: Mantener un ritual de escritura

Un consejo popular para quienes viven con depresión es mantener rutinas diarias sencillas incluso cuando se sienten decaídos. Por experiencia, puedo decir que levantarse de la cama para cepillarse los dientes y peinarse puede hacerte sentir sorprendentemente realizado, si no triunfalmente libre de las garras de la depresión.

Para mí, este principio se traduce también en la escritura. Ya en marzo de 2015, empecé a mantener un hábito mínimo de escritura diaria: solo 200 palabras escritas o diez minutos de trabajo relacionado al día.

No suele ser fácil mantener este hábito. A veces me siento a escribir a las nueve de la mañana y, sin embargo, no completo mis palabras hasta momentos antes de acostarme. Pero, hablando como una persona que podría no escribir nunca una palabra si no se forzara, de alguna manera, a hacerlo, esta rutina de escritura diaria ha resultado fundamental en mi lucha contra la depresión.

Para ti, mantener una rutina diaria puede no ser viable. El proceso de cada escritor es diferente, al igual que la lucha de cada persona contra la enfermedad mental. Pero si mantener rituales o rutinas de cualquier naturaleza te ha beneficiado de alguna manera, considera extender ese principio también a tu vida de escritor.

Lección #2: Honra tus subidas creativas

A veces vivir con depresión crónica me hace sentir como un adicto. Cuando estoy experimentando bajones, estoy sin la droga de la motivación, mi mente completamente adicta. Pero cuando por fin encuentro un poco de motivación, podría escribir maratones en torno a otros escritores, y a menudo lo hago.

Apoyar esos momentos de motivación en tu vida es, según mi experiencia, una de las mejores formas de avanzar en tus proyectos de pasión cuando vives con depresión.

También me resulta útil anotar mis logros en esos días. Me recuerdan que la próxima vez que me sienta muy motivado, es hora de apagar la televisión e ir a hacer algo de magia. Habrá mucho tiempo para ver cosas sin sentido la próxima vez que me sienta deprimida.

Lección 3: Utilice su escritura como salida

Detesto absolutamente llevar un diario, así que cuando los consejos para la recuperación de la depresión recomiendan escribir sus pensamientos y sentimientos, sólo puedo suspirar de pura frustración. ¿Pero qué es lo que no odio? Trabajar en mi novela.

Suena sencillo, pero tardé años en darme cuenta de que podía canalizar muchas de mis peores dudas y emociones depresivas en mis historias como forma de profundizar en los viajes de mis personajes. Al fin y al cabo, toda historia necesita al menos un poco de lucha interna, y yo tengo mucha experiencia para repartir.

Así, contar historias se ha convertido en mi propia forma de desahogo escrito, un lugar donde liberar todo el desorden mental que supone vivir con depresión para poder entenderme mejor a mí misma y a mis personajes.

Lección nº 4: Date gracia

Si alguna vez has luchado contra la depresión, sabes lo duro que puede ser luchar contra los sentimientos de fracaso y autodesprecio en cada momento. Pero las formas en las que la depresión te frena no son culpa tuya, especialmente en lo que se refiere a un trabajo tan agotador mentalmente como escribir ficción.

Sí, ciertas prácticas pueden ayudarte a luchar mejor contra los síntomas de vivir con una enfermedad mental debilitante, pero eso es exactamente lo que la depresión es en muchos días y de muchas maneras: debilitante.

Habrá días, o incluso semanas o meses a la vez, en los que simplemente parece que no puedes escribir una palabra, y esto no es culpa tuya. No es un fracaso. No eres un inepto. Estás luchando contra una de las enfermedades más duras de la mente, y por eso debes darte gracia y perdón.

No puedes curar tu propia depresión como tampoco puedes curar el cáncer, pero puedes buscar tratamiento. Puede someterse a una evaluación médica y programar sesiones con un terapeuta, ponerse en contacto con familiares y amigos que le apoyen -incluso en Internet- y recordarse a menudo que sus luchas no son culpa suya.

Honre sus bajones del mismo modo que hace con sus subidas. Tómate descansos. Perdónate a ti mismo cuando no consigas hacer nada. Descansa sabiendo que habrá días buenos entre los malos, que tus historias importan y que eres muy querido. Así que sigue luchando.