Hablemos de la imperfección. Muchos de nosotros tenemos un miedo muy racional al fracaso; sin embargo, a veces nuestra definición de «fracaso» está distorsionada y a menudo se reduce a una creencia central: fracaso = no hacerlo perfectamente. Todos cometemos errores. A mí me gusta llamar a los errores «oportunidades de crecimiento» *toma de pelo*. Lo sé, es difícil verlo así, pero cuando nos centramos tanto en nuestros errores, perdemos la oportunidad de apreciar nuestras victorias. Lo interesante es que podemos sentirnos avergonzados de «fracasar» porque no podemos estar a la altura de la perfección; ésta no existe. Cuando elegimos poner el listón a alturas inalcanzables, inevitablemente lo fallaremos, y conseguiremos crear nuestra propia evidencia de que no somos merecedores de una vida que merezca la pena vivir.

Hay otra opción. Podemos elegir una forma alternativa de ver nuestras imperfecciones. Podemos elegir verlas como regalos. Lo sé, esto suena imposible y, honestamente, muy aterrador. La verdad es que cuando aceptamos nuestras imperfecciones, encontramos la libertad de dejar de lado lo que creemos que debemos ser y empezamos a abrazar lo que realmente somos. Y lo que es más importante, nos permitimos ser vistos. Ser vistos bajo una luz que es la nuestra y que es hermosamente imperfecta. Cuando renunciamos a la energía de actuar «perfectamente» en cada situación diferente, podemos utilizar esa energía liberada para expresarnos con autenticidad y participar en este mundo de una manera que nos parezca correcta. La doctora Brené Brown, LMSW, describe este proceso como «vivir con todo el corazón». ¿Qué significa vivir con todo el corazón?

Se parece a una vida que la mayoría de nosotros anhela y busca. Se parece al equilibrio. Podemos encontrar el equilibrio comprendiendo. Entendiendo que, sí, la vulnerabilidad nos abre a ser heridos, y que tenemos que ser vulnerables si queremos fomentar relaciones significativas. Comprender que no podemos adormecer selectivamente nuestras emociones; tenemos que aprender a sentarnos con la ansiedad, la tristeza, la pena y la frustración si queremos ser capaces de sentir plenamente la alegría, el amor, la compasión y la satisfacción. Entonces, empezamos a aprender.

Aprender que no hay ningún gran secreto para el amor y la pertenencia; las personas que lo tienen simplemente creen que son merecedoras y dignas de ello. Aprender que las relaciones no son algo que se gana o se condiciona; son un proceso de crecimiento y necesitan ser cuidadas con esmero, lo que significa aceptar los límites de los demás y sentirnos seguros de establecer los nuestros. Podemos empezar a cultivar. Cultivar la atención plena y dejar de lado la ansiedad como estilo de vida. Cultivar nuestras pasiones y dejar de lado el «debería» y el «se supone que».

Por último, podemos encontrar la aceptación. Aceptar que ya somos suficientes, exactamente como somos hoy. Aceptar que las cosas son realmente difíciles a veces y que realmente está bien no estar bien. Cuando practicamos la vida con todo el corazón, nos damos la libertad de simplemente ser. Sea lo que sea que eso signifique. Lo que sea que necesites que signifique, momento a momento. Nos damos el valor de abrazar nuestras historias, y el poder de reescribirlas.

Todo esto suena muy bien, pero estoy seguro de que te estás preguntando, «¿cómo empiezo?». Nuestro equipo en Healing Minds está compuesto por un grupo afectuoso de psicólogos y terapeutas que todos tienen sus propias historias y desafíos. Muchos de nosotros estamos capacitados o estamos trabajando para capacitarnos en la Terapia Dialéctica Conductual (TDC). Este tipo específico de terapia estructurada se centra en lo que la mayoría de nosotros busca: el equilibrio. La premisa de la DBT es equilibrar dos cosas que parecen muy polarizadas. Estos dos conceptos muy importantes son la aceptación y el cambio.

Carl Rogers dijo una vez: «Una vez que me acepto exactamente como soy, entonces puedo cambiar». Nuestros terapeutas en Healing Minds pueden ayudarte a aprender a equilibrar la aceptación y el cambio, lo que nos lleva a nuestro objetivo final: ayudar a nuestros clientes a encontrar una vida que valga la pena vivir. Si usted o alguien que conoce está luchando, por favor llámenos al (775) 448-9760 para programar una cita con uno de nuestros terapeutas. Todo el mundo merece tener el espacio para ser quien es sin juicio y para descubrir cómo vivir con todo el corazón. Qué increíble regalo te puedes hacer a ti mismo: vivir con todo tu corazón. Para mí, eso es mejor que ser «perfecto» cualquier día.