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Uso de tampones en mujeres jóvenes

Objetivo: Estudiar la prevalencia del uso de tampones entre las mujeres jóvenes, los factores y las personas que influyen en esta elección, el papel de los médicos de atención primaria y la posible asociación del uso de tampones con las enfermedades de transmisión sexual y las infecciones del tracto urinario.

Métodos: Un cuestionario anónimo sobre el uso de productos de higiene femenina fue completado por 250 estudiantes universitarias de entre 17 y 21 años de edad y 90 médicos de atención primaria. Se calcularon los porcentajes para la mayoría de las medidas de resultado y se utilizó la prueba exacta de probabilidad de Fisher para comparar los grupos.

Resultados: De las participantes, el 19% utiliza compresas, el 29% utiliza tampones y el 52% utiliza ambos, con un total del 81% que utiliza tampones solos o combinados. La elección fue influenciada principalmente por la propia mujer o su madre. Sólo el 22% informó de que su médico había hablado con ellas sobre el uso de tampones. La incidencia de enfermedades de transmisión sexual no fue significativamente diferente entre las que utilizaban compresas y tampones. En el grupo de las compresas, el 12% declaró infecciones del tracto urinario frente al 32% del otro grupo (P = 0,007). Entre los médicos, sólo el 30% dijo que hablaba de los productos de higiene, aunque el 52% de ellos pensaba que era importante desde el punto de vista médico. De las médicas, el 71% utiliza tampones solos o combinados; el 29% utiliza exclusivamente compresas, y el 92% cita el miedo al síndrome de shock tóxico como razón de su elección.

Conclusiones: La mayoría de las mujeres jóvenes utilizan tampones por decisión propia o por influencia materna por comodidad, conveniencia y apariencia. La aportación de los médicos en este sentido no se realiza de forma rutinaria, probablemente por la falta de acuerdo sobre la importancia del tema entre los médicos. Según los informes de las participantes en esta encuesta, la incidencia de infecciones del tracto urinario parece ser significativamente mayor entre las usuarias de tampones que entre las de compresas. Los médicos deberían asumir un papel más activo a la hora de explicar el uso adecuado, los beneficios y los posibles riesgos de los productos de higiene femenina.