Las ondas electromagnéticas son un fenómeno físico que resulta de la interacción de campos eléctricos y magnéticos. Existen en todas partes, no sólo en forma de ondas de radio, que sirven de medio para las comunicaciones inalámbricas, sino también como microondas, infrarrojos, luz, radiación ultravioleta, rayos X y rayos Gamma. Dado que ningún órgano humano es capaz de percibir las ondas electromagnéticas directamente, es necesario convertirlas o traducirlas a alguna otra forma si queremos saber algo de ellas. Utilizar incluso una pequeña zona del espectro electromagnético para transmitir información requiere otras operaciones técnicas, como la modulación y la demodulación. Estas operaciones funcionan en una porción del espectro electromagnético con frecuencias de aproximadamente 3 Hz a 3.000 GHz, comúnmente conocido como «el espectro radioeléctrico».
Mientras que el popular icono de la red inalámbrica representa sólo una estación, las redes inalámbricas suelen estar formadas por múltiples estaciones que pueden conectarse entre sí de muchas maneras diferentes. Mientras que la estructura de una red cableada corresponde a la forma del cable utilizado para crear conexiones de red, las conexiones en una red inalámbrica siempre tienen que ser creadas, no «desde el éter» sino desde la realidad física de las ondas electromagnéticas que impregnan la tierra.
La forma estilizada de conexión utilizada en el popular icono inalámbrico es sólo la punta del iceberg cuando se trata de las opciones para configurar las redes inalámbricas.
Indicadores de intensidad de la señal
Además de sus significados simbólicos, el popular icono inalámbrico también cumple una función real. En las interfaces digitales, el icono proporciona información sobre la calidad de una conexión de red en forma de escala. El icono heredó esta función de una familia relacionada de iconos que sirven como indicadores de la intensidad de la señal, conocidos comúnmente como «barras de señal».’