Las siestas son gloriosas. Acostarse a mitad del día puede ayudarte a sentirte renovado y listo para afrontar la tarde. Pero si alguna vez se despierta sintiéndose más agotado -o incluso con el estómago revuelto- puede que tenga que reevaluar sus hábitos de sueño.

Lo más habitual es que la fatiga se derive de dormir demasiado tiempo. «Esto puede ocurrir cuando la persona hace una siesta lo suficientemente larga como para entrar en el sueño profundo, lo que llamamos la etapa N3 del sueño», dijo a POPSUGAR el doctor Benjamin Nager, neurólogo del Hospital Northwestern Medicine Huntley. «Si te despiertas de una siesta y estabas en la etapa N3 cuando te despiertas, entonces es probable que experimentes ‘inercia del sueño’, o una sensación de estar medio dormido después de despertarte».

Para evitar que te sientas cansado, intenta poner una alarma para despertarte más temprano. «Las siestas energéticas o de no más de 15 minutos evitan que una persona entre en las etapas profundas del sueño que le dejan la sensación de estar todavía medio dormido después de la siesta», dijo el Dr. Nager. Algunas personas pueden dormir entre 20 y 30 minutos -o incluso un poco más- sin sentirse aturdidas, por lo que puede probar a cambiar de hora si 15 minutos no son suficientes.

Es importante recordar que las siestas no deben sustituir al sueño profundo y reparador que se obtendría idealmente por la noche. «Si ves que necesitas dormir la siesta con frecuencia, es probable que no estés durmiendo lo suficiente, o que la calidad del sueño que estás obteniendo sea pobre», dijo el Dr. Nager. «Para la mayoría de las personas, entre siete y nueve horas de sueño con sólo uno o tres despertares breves o menos por noche en un entorno tranquilo y cómodo suele ser adecuado. Si está durmiendo esta cantidad de horas y sigue necesitando siestas, debería hablar con su médico.»

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¿Por qué me siento mal después de dormir la siesta?

Si te despiertas con un poco de náuseas, es probable que sea el resultado de tu dieta. «Comer antes de dormir, especialmente los alimentos grasos, el alcohol u otros alimentos que irritan el estómago, puede causar reflujo gastroesofágico», explicó el Dr. Nager. En otras palabras, acostarse para dormir una siesta después de haber comido un almuerzo abundante o haber tomado un cóctel al mediodía podría permitir que el ácido suba desde el estómago, haciendo que se sienta mal.

«Si tiene náuseas después de la siesta, le sugeriría que modificara su dieta primero, comiendo de forma saludable y evitando los alimentos excesivamente grasos y los picantes», dijo. «Si tomar un antiácido ayuda, entonces es probable que se deba a la ERGE, a la gastritis o a una úlcera».

Si parece improbable que su dieta sea la culpable, también puede estar experimentando una migraña. «La migraña puede ir acompañada de náuseas, y las náuseas de la migraña pueden ocurrir antes del dolor de cabeza y, en algunos casos, ser la única característica de la migraña», dijo el Dr. Nager. Intente tomar un analgésico con un gran vaso de agua, ya que la deshidratación suele desencadenar dolores de cabeza.