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La prevención es la mejor medicina. Un refrán conocido y, aunque es cierto, ignorar los hechos o no conocerlos puede hacer que se sufra y se propague una enfermedad. Recientemente, la tos ferina, también conocida como pertussis, ha vuelto a aparecer en nuestras comunidades y en las noticias. Afecta a los pulmones y a la capacidad de respirar de una persona. Su extraño nombre proviene del sonido que se produce al respirar entre los violentos ataques de tos de quienes la padecen.

El virus, causado por la bacteria Bordetella pertussis, solía ser mortal hasta que se descubrió una vacuna (o inyección) a principios del siglo XX. Altamente contagioso, el virus se propaga a través de la mucosidad y la respiración de pequeñas gotas que se liberan en el aire cuando alguien infectado tose o estornuda. Aunque sean invisibles, los gérmenes están ahí. Por supuesto, así es como se propagan el resfriado y la gripe, razón por la que se anima a la gente a cubrirse la boca cuando tosen o estornudan.

La tos ferina puede evitarse recibiendo la vacuna DTap, que forma parte del calendario de vacunación normal. Los niños suelen recibir cinco dosis de la vacuna: las tres primeras se administran al bebé. Otra se administra cuando el niño es pequeño y la quinta dosis se aplica entre los 4 y los 6 años. Y ahora, los médicos quieren administrar otra dosis (llamada Tdap) cuando el niño tiene alrededor de 11 o 12 años para asegurarse de que sigue estando protegido.

Los adultos parcialmente protegidos por la vacuna pueden seguir infectándose con B. pertussis pero experimentando síntomas más leves. En consecuencia, es difícil saber si se trata de una infección común de las vías respiratorias superiores o de tos ferina.
Los síntomas de la tos ferina son similares a los de un resfriado, pero empeoran con el tiempo. Incluyen:

• Estornudos
• Fiebre baja (sube por la noche)
• Fatiga
• Tos (empieza leve y empeora)

Durante la tos, la cara de la persona puede ponerse roja y, si es realmente grave, los labios o la piel pueden ponerse morados o azules y la tos puede ser tan fuerte que la persona vomita. Los ataques son más frecuentes por la noche y los niños y bebés pequeños pueden ponerse muy enfermos y angustiados. Entre estos ataques de tos, el paciente parece normal.

La mayoría de las veces, los síntomas de la tos ferina – especialmente la tos – pueden durar más de 2 meses. Pero a veces, los niños mejoran en un plazo de 3 a 6 semanas. El tratamiento precoz es muy importante, especialmente para los bebés y las mujeres embarazadas, que siguen siendo los más vulnerables y de mayor riesgo.
Según el Centro de Control de Enfermedades (CDC), las complicaciones pueden ser mortales, especialmente en bebés y niños pequeños. Cuanto más joven sea el niño, más probable es que requiera una estancia en el hospital para mejorar. Si eso ocurre, también puede ocurrir lo siguiente:

• 1 de cada 4 (23%) contraerá neumonía (infección pulmonar)
• 1 de cada 100 (1,1%) tendrá convulsiones (sacudidas violentas e incontroladas)
• 3 de cada 5 (61%) tendrá apnea (respiración lenta o detenida)
• 1 de cada 300 (0.3%) tendrá encefalopatía (enfermedad del cerebro)
• 1 de cada 100 (1%) morirá

En adolescentes y adultos, las complicaciones son menos graves y suelen estar causadas por la propia tos. Si se vacuna, los síntomas son menos graves y el tiempo de recuperación es mejor. Aunque las vacunas son la mejor defensa, no son perfectas. Sin embargo, pueden experimentar cualquiera de los siguientes síntomas:

• Pérdida de peso en 1 de cada 3 (33%) adultos
• Pérdida de control de la vejiga en 1 de cada 3 (28%) adultos
• Pérdida de conocimiento en 3 de cada 50 (6%) adultos
• Fracturas de codo por tos severa en 1 de cada 25 (4%) adultos

Si cree que ha estado expuesto al virus o muestra alguno de los síntomas, es importante que actúes rápido, porque así aumentas las posibilidades de recuperarte con éxito. La detección de este virus puede hacerse de varias maneras, como:

• Examen físico
• Prueba de laboratorio – tomar una muestra de moco (con un hisopo o jeringa llena de solución salina) de la parte posterior de la garganta a través de la nariz
• Prueba de sangre

El tratamiento suele requerir antibióticos y aislamiento para los infectados por la tos ferina. El tiempo de recuperación puede variar de una persona a otra y oscila entre dos y cuatro semanas. La edad, el estado de salud, las mujeres embarazadas y cualquier persona con complicaciones de otras enfermedades o dolencias deben consultar con su médico sobre la mejor forma de prevención y tratamiento.

En general, las vacunas DTaP tienen una eficacia del 80-90%. Entre los niños que reciben las 5 dosis de la DTPa en la fecha prevista, la tasa de éxito es alta después de la 5ª dosis. Al menos 9 de cada 10 niños están totalmente protegidos. Estar al día con las vacunas es la mejor manera de mantenerse sano y evitar las enfermedades en general.

Hable con su médico o visite pinnaclehealth.org/phmg si tiene preguntas o dudas.