Tendencias modernasLa importancia biológica de los glóbulos blancos en el semen
Resultados
No es posible identificar de forma fiable los glóbulos blancos mediante las técnicas convencionales de tinción del semen. El método de la peroxidasa es suficiente para la cuantificación de los granulocitos, pero la inmunocitología es el estándar de oro para la detección de todas las poblaciones de WBC en el semen. Los granulocitos son el tipo de glóbulos blancos más frecuente en el semen (50% a 60%), seguidos de los macrófagos (20% a 30%) y los linfocitos T (2% a 5%). La prevalencia de la leucocitospermia (> 106 WBC/mL de semen) entre los pacientes con infertilidad masculina es aproximadamente del 10% al 20%. Existe una controversia sobre la importancia de los glóbulos blancos en el semen. Mientras que algunos autores no han observado daños en los espermatozoides en presencia de leucocitospermia, otros han encontrado pruebas de que los glóbulos blancos son cofactores significativos de la infertilidad masculina: las cifras de glóbulos blancos en el semen eran más altas en los pacientes con infertilidad que en los hombres fértiles; la leucocitospermia se asociaba a una disminución del número de espermatozoides y a una alteración de la motilidad de los mismos; los glóbulos blancos dañaban la función de los espermatozoides y la penetración del óvulo de hámster in vitro y eran factores pronósticos importantes para el fracaso de la FIV-ET. Debido a la ausencia de síntomas clínicos, el origen de los CMB es difícil de determinar. Normalmente, la mayoría de los glóbulos blancos parecen proceder del epidídimo, ya que los hombres vasectomizados presentan muy pocos glóbulos blancos en el semen. Por otro lado, las muestras de leucocitospermia muestran niveles bajos de ácido cítrico, lo que apunta a la prostatitis asintomática como fuente de WBC en el semen. Sorprendentemente, aproximadamente el 80% de las muestras de leucocitospermia son microbiológicamente negativas. En algunos casos, la Chlamydia trachomatis podría haber desencadenado una reacción inflamatoria persistente que condujera a la leucocitospermia. Los daños en los espermatozoides por parte de los glóbulos blancos pueden estar mediados por especies reactivas de oxígeno, proteasas y citoquinas. Además, la inflamación del tracto genital facilita la formación de anticuerpos espermáticos. Dado que el plasma seminal tiene fuertes propiedades antiinflamatorias y que en la prostatitis y la vesiculitis seminal el contacto entre los espermatozoides y los glóbulos blancos es breve, es probable que las inflamaciones del epidídimo y los testículos sean las que más afecten a los espermatozoides.