Cuando estás contento y tarareas tu canción favorita o silbas es un acto normal. La gente utiliza el silbido para llamar la atención o llamar a alguien o simplemente para entretenerse. Pero en muchas culturas silbar, sobre todo en interiores, se asocia con la mala suerte o el mal.

En Turquía está muy extendida la creencia de que silbar por la noche es llamar al diablo. Sin embargo, esta superstición concreta no es exclusiva de Turquía, sino que se encuentra en muchas otras culturas del mundo. En Japón, la gente cree que silbar por la noche puede perturbar la tranquilidad de la noche y, por lo tanto, traer peligro. Lo mismo ocurre en China, pero no creen que silbar sea sólo una llamada a los espíritus malignos. Los hábiles practicantes de yoga chinos creen que pueden convocar a seres sobrenaturales, animales salvajes y fenómenos meteorológicos con un silbido.

En Rusia y otras culturas eslavas, se cree supersticiosamente que silbar dentro de casa trae pobreza y hay un proverbio ruso que dice «silbar para quitar el dinero». Sin embargo, a diferencia de otras culturas, los rusos no creen que silbar dentro o fuera de casa suponga ninguna diferencia. En Estonia, también está muy extendida la creencia de que silbar dentro de casa puede traer mala suerte y, por tanto, incendiar la casa.

En el Reino Unido, la superstición de silbar se lleva a otro nivel. En la cultura británica, existe la creencia supersticiosa de los «Siete Silbadores», que son siete pájaros o espíritus misteriosos que llaman para predecir la muerte o una gran calamidad. De hecho, en el siglo XIX, cientos de trabajadores de las minas dejaron de trabajar durante un día, alegando que habían oído un misterioso silbido y que no podían trabajar porque algo malo iba a ocurrir.

Todas estas supersticiones están probablemente relacionadas con los tiempos en que la gente era pagana y estaba muy preocupada por los espíritus y el mundo no natural. Hoy en día, la mayoría de la gente ni siquiera sabe por qué está en contra de silbar; sin embargo, siguen los pasos de sus antepasados.

Aparte de las culturas, ciertas profesiones también tienen supersticiones sobre el silbido. Por ejemplo, silbar entre bastidores en un teatro se considera gafe. Los actores creen que si alguien silba entre bastidores, se avecinan cosas malas no sólo para ellos sino para toda la compañía. Los marineros también prohíben silbar a bordo, pues creen que quien silba atrae la mala suerte a toda la tripulación y al barco.