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Sobre la «irracionalidad» de las mujeres (y los hombres) | Psychology Today South Africa

Entre los ejemplos más atroces del sexismo moderno está la noción de que las mujeres son irracionales. Al parecer, esta noción sigue siendo lo suficientemente común como para ser declarada y debatida a través de Internet. Yo sostengo que las acusaciones de irracionalidad son problemáticas en dos sentidos: (1) se basan en un malentendido del papel de las emociones en la vida efectiva y (2) constituyen una negativa a comprender las realidades subjetivas de los demás, una comprensión que es crucial para la construcción de relaciones efectivas y la resolución de conflictos. A continuación, analizaré cada uno de estos problemas.

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Un malentendido de las emociones
La idea de que las mujeres son irracionales suele ir acompañada de la noción de que el pensamiento racional es superior a la emoción, que la razón conduce a decisiones acertadas y la emoción a las malas. Esto no podría estar más lejos de la realidad; las investigaciones han demostrado que las personas no sólo no toman mejores decisiones cuando no están comprometidas emocionalmente; sin emociones, las personas no pueden tomar decisiones en absoluto. Por lo tanto, las emociones son fundamentales para una acción eficaz.

La filósofa Martha Nussbaum ha escrito sobre las emociones como formas de pensamiento inteligente, evaluaciones del estado de la vida actual de uno a la luz de sus objetivos. Desde esta perspectiva, las emociones positivas nos indican que las cosas nos van bien y las negativas nos indican que algo va mal en nuestra vida. Este tipo de información es una guía fundamental para una vida eficaz.

Esto contrasta con una visión popular de las emociones como algo desordenado, difícil y perturbador; como tal, deben mantenerse bajo control. Con esta mentalidad, muchas personas carecen de voluntad para explorar sus propios sentimientos o los de los demás y, por lo tanto, tienen poca comprensión de sus propios procesos emocionales o los de los demás. Nuestra sociedad priva especialmente a los hombres de oportunidades para la expresividad y la comprensión emocional.

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La etiqueta «irracional» como rechazo a comprender la realidad del otro
Típicamente, lo que la gente entiende por comportamiento «irracional» es una demostración de emoción fuerte en una situación en la que el observador no entiende por qué se justifica esa emoción fuerte. Sin embargo, el hecho de que el observador no entienda la emoción no significa que no tenga una explicación perfectamente razonable. La etiqueta «irracional» justifica y mantiene con demasiada frecuencia la ignorancia, ya que implica que el comportamiento es producto de una persona tan fundamentalmente rota o defectuosa que desafía -y ni siquiera merece- la comprensión de cualquiera que sea razonable.

Las relaciones románticas son un terreno en el que las emociones se desbordan, al igual que los malentendidos de las emociones y las consiguientes acusaciones de irracionalidad. Las relaciones románticas atraen las emociones fuertes porque son relaciones de apego. Al igual que los niños, los adultos dependen de las relaciones de apego para obtener consuelo, seguridad y amor. La conciencia del momento y la respuesta a las necesidades del otro son la base de las conexiones seguras entre la pareja. Cuando uno de los miembros de la pareja siente que la seguridad de la relación se ve amenazada (por ejemplo, por un comportamiento despectivo o que transmite indiferencia), puede responder con emociones fuertes: soledad, ira, pena y decepción. Estas respuestas predecibles, si se sienten y expresan con suficiente vehemencia, parecen realmente irracionales.

Los trastornos emocionales son señales inteligentes sobre el curso de la propia vida y el estado de las relaciones más importantes. Invalidar la experiencia emocional de otra persona acusándola de ser «irracional» equivale a negar su derecho a la autodeterminación. Aceptar un concepto de nosotros mismos como «irracionales» es invalidar nuestra propia experiencia emocional y perder los beneficios que nuestras emociones ofrecen como guías para crear una buena vida.