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Sabe qué hace que el monóxido de carbono sea tan peligroso y consejos para no intoxicarse

En invierno combatimos el frío subiendo la calefacción. A menudo nos centramos en el riesgo de pasar demasiado frío. Pero también debemos tener en cuenta el riesgo de cómo nos calentamos.
Cuando se quema algo como gasolina o queroseno, madera, carbón o propano para calentarse, la intoxicación por monóxido de carbono puede suponer un grave riesgo. Parte de lo que lo hace tan arriesgado es que el CO -esa es la fórmula química- es inodoro e incoloro. El CO puede provocar efectos secundarios muy graves en concentraciones muy pequeñas. Estar expuesto a unas 400 partes por millón – eso es alrededor del 0,04% del aire que te rodea – puede darte dolor de cabeza y náuseas.
Eso suena mal, pero no es tan malo. Sube eso a 800 partes por millón y en 45 minutos tienes el dolor de cabeza, las náuseas y estás mareado. 15 minutos después podrías estar inconsciente. ¿Qué es lo que hace que el CO sea tan peligroso? Es una llave inglesa molecular en nuestro proceso de respiración.
Ahora cada célula de nuestro cuerpo necesita oxígeno. Esto requiere que el O2 sea transportado a través del cuerpo. Las células lo toman, y luego las células tienen que usarlo. El CO interfiere en todos estos procesos. En primer lugar, hablemos del transporte de O2. La proteína hemoglobina es la encargada de unir el O2 y transportarlo.
Ahora el O2 es un buen pasajero. Se aferra fuertemente pero lo deja ir cuando es el momento adecuado. No se puede decir lo mismo del monóxido de carbono. Se aferra mucho más que el O2, unas 200 veces más.
El CO también es un mal invitado, que se queda demasiado tiempo. La naturaleza extra pegajosa del CO significa que el O2 no puede unirse a la hemoglobina, y el oxígeno no puede llegar a donde se necesita.
¿Quieres estar a salvo de la intoxicación por monóxido de carbono? Los CDC recomiendan lo siguiente: haga que un técnico cualificado revise cada año su sistema de calefacción, calentador de agua y otros aparatos de gas, aceite o carbón. Instale en su casa un detector de CO que funcione con pilas o con una batería de reserva, y cambie la batería dos veces al año. No utilice un generador, una parrilla de carbón, una estufa de campamento o cualquier otro dispositivo de combustión de gasolina o carbón dentro de su casa, su sótano, su garaje o incluso una ventana cercana a cualquiera de ellos. No queme nada en una estufa o chimenea que no esté ventilada.
Siga estos consejos y podrá mantenerse a salvo de la intoxicación por CO y caliente este invierno.