Rayos X (radiología general y fluoroscopia)
- Introducción a los rayos X
- ¿Cómo funcionan los rayos X?
- Preparación para una radiografía
- ¿Qué ocurre durante una radiografía?
- Riesgos y beneficios de las radiografías
Introducción a las radiografías
La forma más común y antigua de la radiología, la radiografía es la clave común detrás de muchos procedimientos radiológicos.
Un proceso bastante sencillo, una radiografía consiste en que los rayos X son emitidos por la máquina en forma de partículas que atraviesan el cuerpo, siendo absorbidos a diferentes frecuencias por las distintas estructuras internas hasta que son detectados por la película sensible, que produce la imagen.
Los rayos X producen imágenes que se asemejan a la sombra de estructuras internas como los huesos y los tejidos.
¿Cómo funcionan los rayos X?
Una radiografía es un procedimiento bastante fácil de comprender. Descubierto en 1895 por el físico alemán Wilhelm Roentgen, por accidente, Roentgen experimentó con haces de electrones en un tubo de descarga de gas y descubrió las ventajas de ver la sombra de los huesos y los tejidos a través del cuerpo.
Básicamente, el proceso de producción de una radiografía implica una fuente que produce rayos X y los irradia a través de un cuerpo u objeto, donde son absorbidos a diferentes velocidades hasta que son detectados por una película o casete sensible.
Los rayos X son una forma de energía electromagnética, similar a los rayos de luz, pero de mayor nivel de energía y diferente longitud de onda que les permite atravesar el cuerpo y crear imágenes internas. Las estructuras corporales absorben estos rayos X a diferentes velocidades, por ejemplo, los huesos son muy densos y absorben una mayor cantidad de rayos X, mientras que el tejido circundante es menos denso y absorbe menos rayos X. Las imágenes resultantes son los diferentes niveles de absorción de estos rayos X.
En la fluoroscopia, los rayos X pasan a través del cuerpo sobre una pantalla fluorescente, creando una imagen de rayos X en movimiento. Los médicos pueden utilizar la fluoroscopia para rastrear el paso de los medios de contraste a través del cuerpo. Los médicos también pueden grabar las imágenes de rayos X en movimiento en película o vídeo. Hoy en día existe la posibilidad de alternar entre las técnicas convencionales y las fluoroscópicas, con la mejora de la imagen digital.
Preparación para una radiografía
La preparación para una radiografía es muy similar a la de otros procedimientos radiológicos. Hay algunos puntos que es útil conocer antes de asistir al procedimiento.
- Se recomienda que lleve ropa holgada, pero comúnmente se le pedirá que se desvista parcialmente o que use una bata de hospital.
- Todas las joyas, cinturones, sombreros o cualquier cosa con componentes metálicos tendrán que ser retirados, ya que distorsionan la imagen (esto incluye sujetadores, pasadores/clips para el pelo y ropa con componentes metálicos como cremalleras); se recomienda que deje estos artículos en casa para guardarlos.
- Llegue al menos diez minutos antes del procedimiento para poder rellenar los formularios, etc.
- Informe a su médico antes de reservar el procedimiento o al radiólogo, al técnico o a la enfermera antes del procedimiento si cree que puede estar embarazada o lo está, ya que este procedimiento implica una radiación que podría dañar al feto en desarrollo.
¿Qué ocurre durante una radiografía?
Una vez que haya rellenado los formularios necesarios, los radiólogos le llamarán y le pedirán que se ponga una bata de hospital o le llevarán a la sala de procedimientos. Durante este tiempo, el radiólogo le pedirá que se quite cualquier objeto o artículo que pueda distorsionar la imagen.
Algunas radiografías requieren la administración de un agente de contraste para permitir una imagen más clara de ciertos tejidos y estructuras internas.
El radiólogo o el técnico le indicarán entonces la posición correcta en la que permanecerá durante el procedimiento para permitir que la parte particular del cuerpo que es de interés se visualice claramente. A continuación, el radiólogo o el técnico sale de la sala o se coloca detrás de una pantalla para no exponerse a la radiación producida.
Se le pedirá que permanezca muy quieto y, durante la toma de imágenes, es posible que se le pida que contenga la respiración para permitir la claridad de la imagen. El procedimiento suele durar hasta treinta minutos.
Una vez finalizadas las radiografías, se le pedirá que se vuelva a vestir y espere hasta que las imágenes sean procesadas y revisadas por el radiólogo. Es posible que entonces se le pida que vuelva a hacerse algunas radiografías, o se le dará el alta. Por lo general, las radiografías se envían a su médico o puede que le pidan que las recoja en la clínica de radiología. A continuación, se puede concertar una cita con su médico para revisar los resultados.
Riesgos y beneficios de las radiografías
Como las radiografías son un procedimiento que utiliza un componente radiactivo para producir las imágenes, existe un riesgo. Sin embargo, este riesgo es mínimo gracias a los esfuerzos de los radiólogos por reducir la cantidad de radiactividad que se produce. En comparación con los primeros días de la tecnología de rayos X, la cantidad que se utiliza se ha reducido considerablemente. A menudo, el uso de un delantal o cinturón de plomo protege las demás zonas del cuerpo de la exposición, ya que el plomo es un metal denso que absorbe el 100% de la radiación producida.
La tecnología actual hace que las técnicas avanzadas de rayos X reduzcan la zona que se expone y la consiguiente radiación de dispersión y la cantidad que se utiliza para producir las imágenes. Las ventajas diagnósticas que se asocian a la capacidad de los rayos X superan la mínima posibilidad de que surjan problemas en un procedimiento de rayos X.