Ranking: Los álbumes de los Beatles del peor al mejor
Casi todo el mundo tiene un momento Beatles. El mío fue cuando tenía 10 años y viajaba en la fila central de un Dodge Caravan de 1994 en un viaje familiar por carretera desde Indiana hasta las Great Smoky Mountains. Mi hermanastro acababa de conseguir copias en casete de los años 1962-1966 y 1967-1970, más recordados como «El Álbum Rojo» y «El Álbum Azul» por cualquiera que haya crecido con padres que pasaron los años 60 como adolescentes.
Pusimos esas cintas sin parar desde Kokomo hasta Gatlinburg y de vuelta, con los sonidos de «Love Me Do» y «Ticket to Ride» y «Lucy in the Sky with Diamonds» en un bucle continuo de una semana. Recuerdo que se me llenaron los ojos de lágrimas durante «In My Life», que se me erizaron los pelos de la nuca al comienzo de «Eleanor Rigby», la extraña amabilidad caleidoscópica que irradiaban «Penny Lane» y «All You Need Is Love» y «Paperback Writer». Recuerdo que pensé que «A Day in the Life» sonaba como el fin del mundo. Sobre todo, recuerdo haber vuelto a casa con un nuevo grupo favorito.
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Piénsalo. Probablemente tú también tengas un momento así, un momento en el que la música de la banda de rock más importante del siglo XX pasó de lo abstracto a lo personal. Quizá te hayas enamorado de Across the Universe o hayas jugado a The Beatles Rock Band hasta que te sangraron los nudillos. Tal vez viste Yellow Submarine de niño o hiciste girar 45s de importación en tu habitación durante uno de esos turbulentos veranos de los 60. Cada momento es diferente, pero las bandas sonoras son las mismas.
Y sin embargo… Aunque son formativos e importantes y cambian la vida, estos momentos suelen estar alimentados por singles. Los Beatles escribieron grandes canciones, y fácilmente podrías ir por la vida con las mismas dos antologías que tenía hace casi tres décadas y no ser peor. No hay nada malo en ser una persona de singles. Sin embargo, esos mismos singles impecables también pueden convertirse en canciones de entrada, momentos de perfección musical que te llevan a perseguir los cortes más profundos que se encuentran en los 13 álbumes de estudio de los Beatles. A eso dedicamos hoy nuestro tiempo, porque, aunque sus nombres son familiares y sus portadas icónicas, esos álbumes se reducen a la taquigrafía después de un tiempo, una taquigrafía que te hace olvidar sus rincones más extraños o sus encantos más pequeños. Eso es lo que pasa con las cosas conocidas. Por eso, hoy nos acercamos a estos discos con oídos frescos y una pregunta clásica al alcance de la mano: ¿cómo se clasifican los discos de la banda de rock más legendaria que jamás haya existido?
¿La respuesta? Con cuidado, con reverencia, y así…
-Tyler Clark
Escritor Senior