(escucha la misma canción que disfruté al escribir este artículo)

Es algo tan fácil de decir. Cuando has encontrado algo que te gusta y los demás te preguntan cómo pueden encontrarlo también, sólo dices «sigue tu pasión», como si fuera así de sencillo para ti.

Pero realmente, es una mierda. Sigue tu pasión no significa nada. Porque, ¿qué pasa si todavía no tengo una pasión? ¿Qué es una pasión? ¿Necesito tener una? Decirle a alguien que «siga su pasión» es esencialmente decir: «Bueno, no lo sé, es tu problema lol». Es una respuesta perezosa y engañosa.

Durante los últimos años, he intentado hacerme mejores preguntas. Dejé de buscar mi pasión y simplemente empecé a hacer cosas que me gustan. Es fácil hacer cosas que te gustan, porque simplemente las haces.

De niño nunca pensé profundamente en mis pasiones. Empecé a montar en monopatín porque era divertido, y luego lo dejé porque ya no era divertido. No pensaba mucho en mi decisión, simplemente hacía las cosas que disfrutaba haciendo. Hacía las cosas que me entusiasmaban. Pero luego, en algún momento, crecí, me convertí en un adulto y la vida se volvió jodidamente seria. Ahora se trataba de encontrar mi pasión, especialmente una que pagara mis facturas mensuales (y eso incluso suena como un lujo para la mayoría).

Hoy me hago una nueva pregunta: ¿Qué me entusiasma? ¿Qué te emociona a ti? Personalmente, encuentro esta pregunta mucho más fácil de responder que tratar de concretar mi única pasión.

Recientemente vi este documental sobre Paul Newman y su vida como actor y piloto de carreras. Paul Newman ya era un actor establecido en la industria del cine cuando aceptó un papel en una nueva película de carreras llamada «Winning» en 1968. Tomó clases de carreras por primera vez en su vida y eso le llegó al corazón. Estaba entusiasmado. Tan emocionado que empezó a correr profesionalmente.

Estaba tan emocionado que ya no podía pensar en nada más. Obligó a los productores de cine a reprogramar producciones enteras porque las carreras eran lo primero para él. Paul ponía en riesgo su carrera de actor a sabiendas. Llegó a ganar innumerables carreras e incluso creó su propio equipo de carreras mientras intentaba compaginar su carrera de actor. Sin embargo, siempre se veía que las carreras eran lo primero para él. Era lo que más le emocionaba.

Arnold Schwarzenegger creció en un pequeño pueblo de Austria como un niño normal de familia de clase media. En su tiempo libre, se divertía haciendo ejercicio con sus amigos junto a un lago cercano a su casa. Su entusiasmo por hacer ejercicio le llevó a convertirse en uno de los culturistas más famosos del mundo. Pero en la cima de su carrera como culturista, Arnold cambió de opinión para dedicarse a la actuación.

La mente es el límite. Mientras la mente pueda visualizar el hecho de que puedes hacer algo, puedes hacerlo, siempre y cuando creas realmente al 100 por ciento.
-Arnold Schwarzenegger

Adelante: En la cúspide de su carrera como actor (que en realidad se puede decir que tuvo dos, una de acción y otra de comedia) volvió a cambiar de opinión para dedicarse a la política, y finalmente convertirse en gobernador de California. Puedes decir lo que quieras de Arnold, pero estar en la cima de tres industrias completamente diferentes sólo demuestra hasta qué punto Arnold creía en hacer lo que le emocionaba.

Por supuesto, estos son ejemplos raros y exagerados, pero esos son los que me inspiran a seguir preguntando siempre: ¿Qué me emociona? Y la próxima vez que conozcas a alguien nuevo, en lugar de preguntarle a qué se dedica o cuáles son sus planes de vida, pregúntale qué le emociona. Te sorprenderá lo diferente que será la respuesta a lo que sueles obtener a cambio.

Pero primero, ¿qué te emociona a ti?

Que tengas una semana fantástica,
Tobias