¿Por qué se persiguen las ardillas? – North American Nature
El otro día estaba sentado en el parque viendo cómo dos ardillas se perseguían sin parar. No estaba seguro de si otras personas sabían por qué se persiguen entre sí, así que quise escribir un artículo.
Las ardillas macho se persiguen entre sí para ejercer su dominio y asegurarse una pareja. Entonces perseguirán a una hembra que esté en celo. Las ardillas jóvenes pueden verse persiguiéndose unas a otras como forma de juego.
La mayoría de nosotros estamos familiarizados con la visión de las ardillas persiguiéndose incansablemente unas a otras dando vueltas o bajando en espiral por el tronco de un árbol.
Sin embargo, es posible que no sepa por qué estas adorables criaturas se persiguen unas a otras. Es fácil suponer que las ardillas son simplemente juguetonas. Aparte de jugar, hay varias otras razones por las que las ardillas se ven a menudo persiguiéndose unas a otras.
Las razones dependen del sexo y la edad de las ardillas. Cada vez que las veas corriendo hacia arriba o hacia abajo de un árbol, cayendo, levantándose y continuando con la persecución, siempre hay una buena razón detrás.
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Proceso de apareamiento
La persecución de apareamiento tiene un patrón diferente y tiene lugar a finales del invierno o a principios de la primavera. En este momento, las ardillas adultas buscan una pareja potencial. La mayoría de las ardillas alcanzan la madurez sexual a la edad de 10 a 12 meses.
Hay dos tipos de persecución de apareamiento. La primera implica la competencia entre machos que quieren afirmar su dominio. Los machos que compiten se persiguen hasta atrapar al otro.
A esto le sigue una violenta lucha entre los machos. En estas persecuciones no siempre se trata del tamaño o la fuerza de la ardilla, sino también de la madurez.
Se ha observado que, en muchas ocasiones, son las ardillas macho de mayor edad las que ganan la pelea para reclamar el dominio.
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Después de que un macho salga victorioso y demuestre su valía, se gana la atención de las ardillas hembras. Las hembras se fijan en aquellos machos que son los solteros más dignos.
Cuando la ardilla hembra se acerca al celo, varios machos permanecen cerca de su territorio. Las hembras emiten olores y vocalizaciones especiales que atraen a los machos de varios territorios vecinos.
Los machos esperan hasta que la hembra esté lista para el apareamiento y se vuelva receptiva. La competencia entre machos ocurre con uno de ellos estableciendo su dominio. Después, es cuando la hembra comienza su persecución de apareamiento.
Las ardillas hembras a veces darían la persecución al mismo tiempo que sus pretendientes están luchando. Normalmente, es el macho dominante el que la encuentra primero y se aparea. Sin embargo, no siempre es así.
La hembra sale corriendo y atrae a las ardillas macho para que corran tras ella. Los machos que pueden seguir el ritmo demuestran lo sostenibles que son como pareja.
Mientras la persecución continúa, la ardilla macho comprueba el olor liberado por la hembra para asegurarse de que está en celo. Esta es una actividad crucial porque las ardillas hembras están en celo sólo durante unas horas.
La persecución continúa con los dos siguiéndose alrededor de los troncos de los árboles y a través de los campos antes de que el macho finalmente consiga atrapar a su pareja. Una vez terminada la persecución, las ardillas copulan.
Este es el proceso normal de apareamiento de las ardillas. Por eso se las puede ver en una persecución incansable. Sin embargo, hay algunas excepciones a la regla, y algunas ardillas pueden decidir evitarlo por completo.
En algunos casos, los machos más jóvenes pueden esperar dentro del territorio de una hembra. Al hacer esto, evitan la persecución y esperan a que la hembra detenga la persecución. El astuto macho ataca entonces a la ardilla dominante e intenta ahuyentarla. En algunas ocasiones, la hembra resulta herida en estos feroces ataques.
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Proteger sus territorios
Algunas especies de ardillas son criaturas territoriales. Otras pueden no ser territoriales pero mostrarán este tipo de comportamiento si muchas de ellas viven en un mismo lugar. La mayoría de las veces, esto se atribuye a la falta de lugares para anidar o a la escasez de alimentos en la zona.
Las ardillas rojas americanas y las ardillas de tierra de California son las más territoriales de todas las especies norteamericanas, mientras que las ardillas grises se consideran menos territoriales.
Estos pequeños mamíferos protegen sus territorios ahuyentando a otras ardillas o intrusos. Persiguen y pican continuamente hasta que los intrusos abandonan por completo su zona. Por lo tanto, es bastante fácil identificar una disputa territorial.
Puede ver a las ardillas corriendo unas detrás de otras en lo que parece ser un patrón de espiral interminable subiendo y bajando por los troncos de los árboles.
Las ardillas bebé suelen alejarse para establecer sus territorios una vez que son lo suficientemente maduras. Esto puede ser hasta 80 metros del territorio de la madre.
En algunos casos, las ardillas madre comparten parte de su territorio con las crías en lugar de ahuyentarlas. Del mismo modo, algunas madres pueden incluso renunciar por completo a sus territorios ya establecidos para aumentar las probabilidades de supervivencia de sus crías.
Las ardillas voladoras del norte tienen un patrón diferente en cuanto a su comportamiento territorial, ya que los machos no son territoriales. Ciertas circunstancias llevan a las hembras a exhibir una defensa territorial.
Las hembras sólo se vuelven territoriales cuando hay menos lugares potenciales de anidación en los que puedan criar a sus hijos.
Otra especie de ardilla que tiene hábitos territoriales es la ardilla de tierra de California. Principalmente, son los machos los que muestran este tipo de comportamiento.
Su área de distribución no incluye a otros machos, y ahuyentan agresivamente a cualquier intruso. Las ardillas de tierra viven en madrigueras y suelen tener un rango territorial de aproximadamente 75 yardas.
Las madrigueras son muy importantes para estos animales, ya que les cuesta mucho esfuerzo construir una. Sus madrigueras son su principal medio de supervivencia en la naturaleza, ya que es donde se esconden de los depredadores.
Por esta razón, las ardillas de tierra de California ahuyentarán a cualquier ardilla intrusa que intente acechar dentro de sus territorios.
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Ardillas jóvenes jugando
Las crías de muchas especies animales son juguetonas, y las ardillas no son una excepción. Las ardillas jóvenes se dedican a perseguirse y jugar a pelearse. Corren unas detrás de otras alegremente como lo harían los gatitos y los cachorros.
Este tipo de juego es beneficioso para las ardillas juveniles. Les ayuda a desarrollar sus habilidades de coordinación y fuerza. Este tipo de juego no suele dar lugar a comportamientos agresivos, y sólo se producen mordiscos juguetones.
Protección de los suministros de alimentos
Algunas especies, como las ardillas grises, no son territoriales. Esto significa que todas viven juntas en un mismo lugar. Las hembras suelen ser protectoras de sus nidos, pero a los machos no parece importarles quién más está en el territorio.
Llega un momento en que la comida es escasa para las ardillas grises, y muchas ardillas están viviendo en la misma zona. Esto puede provocar una gran competencia por los ya limitados suministros de comida.
Las ardillas rojas americanas tienden a ser una especie solitaria. Son territoriales, lo que es fundamental para su supervivencia.
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La dieta de la ardilla roja americana consiste en semillas de los árboles de coníferas. Las ardillas son bastante industriosas y recogen todos los conos que pueden encontrar. Los conos se amontonan en una gigantesca pila que se denomina basurero. Si ves a estas ardillas defendiendo ferozmente su territorio, normalmente estarán protegiendo sus valiosas reservas de comida.
Verás que algunas ardillas tienen que ahuyentar a otras de la zona para proteger su comida. Para sobrevivir, estos animales saben que tienen que ser protectores de sus fuentes de alimento.
Esta es una de las razones por las que puede ser difícil para ellas vivir en una zona con comida limitada. Puede llegar un momento en el que surjan disputas que las lleven a perseguir a otras fuera de la zona.
Las ardillas se persiguen entre sí por varias razones. Las ardillas adultas que se persiguen entre sí pueden hacerlo porque quieren reclamar el dominio para ayudarse a aparearse.
A las ardillas más jóvenes les gusta divertirse y jugar. Perseguirlas es sólo un juego. Cuando vuelvas a ver ardillas persiguiéndose, con suerte, tendrás más idea de por qué.
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