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Por qué duelen las quemaduras de sol

No es ningún secreto que pasar demasiado tiempo al sol provoca dolor, enrojecimiento y un fuerte deseo de loción de aloe vera. Ahora, los investigadores saben por qué.

La longitud de onda de la luz ultravioleta B (UVB) daña las moléculas de ARN de las células de la piel, según una nueva investigación. El ARN, o ácido ribonucleico, forma parte de la maquinaria genética de la célula y codifica la información para convertir las instrucciones genéticas del ADN en proteínas.

El ARN dañado por la luz UVB es de un tipo que no codifica proteínas, según informan los investigadores en la edición en línea del 8 de julio de la revista Nature Medicine. Pero cuando las células dañadas por el sol liberan este micro-ARN no codificante dañado, provoca que las células vecinas inunden la piel con moléculas inflamatorias, creando una reacción en cadena que termina con una quemadura solar. A largo plazo, el daño acumulado puede aumentar el riesgo de cáncer de piel. A corto plazo, este proceso es la forma en que la piel se cura de la quemadura.

«La respuesta inflamatoria es importante para iniciar el proceso de curación después de la muerte celular», dijo en un comunicado el líder del estudio, Richard Gallo, de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Diego.

Aunque los investigadores conocen desde hace tiempo algunos de los efectos moleculares del bronceado excesivo, ésta es la primera vez que identifican el primer paso en el proceso de daño. Ahora que se ha identificado la causa, los investigadores esperan encontrar alguna forma de detener el proceso, para los pacientes sensibles al sol, si no para los que toman el sol normalmente.

«Por ejemplo, enfermedades como la psoriasis se tratan con luz ultravioleta, pero un gran efecto secundario es que este tratamiento aumenta el riesgo de cáncer de piel», dijo Gallo, refiriéndose a una enfermedad de la piel que provoca descamación y enrojecimiento. «Nuestro descubrimiento sugiere una forma de conseguir los efectos beneficiosos de la terapia UV sin exponer a nuestros pacientes a la dañina luz UV. Además, algunas personas tienen un exceso de sensibilidad a la luz UV, como los pacientes con lupus, por ejemplo. Estamos estudiando si podemos ayudarles bloqueando la vía que hemos descubierto».

Los investigadores hicieron el descubrimiento exponiendo células de la piel humana a la luz UVB y haciendo un seguimiento con experimentos en ratones. Genes específicos en ratones pueden determinar la probabilidad de que se quemen al sol, dijo Gallo.

«Los humanos tienen genes similares, pero no se sabe si las personas tienen mutaciones en estos genes que afectan a su respuesta al sol», dijo.

La luz UVB no es el único peligro de los rayos solares. La luz UVA del sol puede penetrar en las ventanas e incluso en la ropa ligera, causando un daño solar acumulativo que se manifiesta en forma de arrugas y otros signos de envejecimiento.

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