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Una mirada a la carrera como actor de Morgan Freeman
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Para los que conozcan a Morgan Freeman, seguro que estarán de acuerdo en que es uno de los mejores actores de Hollywood. Sin embargo, a pesar de que hace que la actuación parezca fácil, en realidad pasó varias décadas preparándose para su oportunidad de éxito. Asimismo, aunque quería ser actor desde que participó en una obra de teatro en el colegio a los 9 años, no pudo conseguir su primer papel importante hasta los 50.
Dicho esto, Freeman es la prueba viviente de que tu gran oportunidad no siempre llega justo cuando la quieres: la vida nunca será tan sencilla. Sin embargo, si sigues perfeccionando tu arte y no te rindes, cuando llegue tu momento, será tu momento.
Vida temprana
Morgan Freeman es hijo de un barbero y de una maestra de escuela que hacían turnos extra en su hospital local. Tras el nacimiento del último y sexto hijo, sus padres decidieron trasladarse a Chicago, con la esperanza de encontrar un trabajo mejor. Durante este periodo, Freeman, junto con su hermano, fue criado en Mississippi por sus abuelos.
El joven Freeman suele pasar los veranos en Chicago junto a sus padres. Siempre le había gustado el cine, pero nunca tenía suficiente para comprar entradas. Así que lo que hace es que, cada vez que quiere ver una película, rebusca botellas vacías y las canjea. El dinero que gana con esto lo utiliza para comprar las entradas.
En la escuela, a Freeman le gusta llamar la atención, y por eso se interesa por la actuación- eso fue antes de llegar a la pubertad.
El momento más inolvidable de su vida infantil
Cuando Freeman tenía 12 años, conoció a una chica en la escuela que le gustaba mucho. Como forma de llamar la atención de esta hermosa chica, Freeman sacó una silla de otra donde esta niña se iba a sentar. Entonces, ella acabó en el suelo y corrió a su profesor de inglés para contarle el comportamiento de Freeman. Sin embargo, en lugar de enviarlo a la oficina del director, el profesor lo llevó a otra clase que estaba en busca de intérpretes para la obra de teatro de la escuela. Aquí fue donde obtuvo su primer premio de interpretación.
Vida adulta
De mayor, Freeman siempre se interesó por la gran pantalla, y las películas bélicas en las que aparecen aviones son su principal opción. Se convirtió en su principal atracción, hasta el punto de que se planteó alistarse en el ejército estadounidense a los 18 años. Aquí trabajó como mecánico y, cuando estaba a punto de convertirse en piloto de caza, decidió probar con la actuación.
Esperando su gran oportunidad
No importó que no tuviera ni un céntimo. A finales de los años 50, Freeman se trasladó a Nueva York para seguir su sueño de actuar. Aunque consiguió un trabajo en el City College de Los Ángeles, se esforzó durante estos años, con la esperanza de que finalmente conseguiría su gran oportunidad.
Freeman trabajó en los teatros durante varias décadas e hizo su debut en el cine en 1966, en una película llamada, «Un hombre llamado Adán». Luego, en el año 1970, consiguió un papel en televisión, y varios otros papeles. Desgraciadamente, las cosas cambiaron después.
Su teléfono dejó de sonar en la década de 1980 y pensó que su carrera como actor había terminado.
Estrella de Hollywood
En el año 1987, la fortuna de Freeman comenzó a cambiar. Entró en el reparto de la película «Street Smart», e interpretó el papel de un chulo llamado «Fast Black». Este papel resultó ser un gran éxito, que le valió una nominación al Oscar al mejor actor de reparto. Luego, después de 2 años, ganó más aclamaciones, como la segunda nominación al Oscar y el Premio Guante de Oro.
En el año 1990. Freeman ha participado en las películas de gran presupuesto más emblemáticas, como Shawnshank Redemption, de 1994, Seven, de 199, y Deep Impact, de 1998.
Año tras año, siguió ganando varios premios y eso es porque nunca se rindió.
Off Camera
Aunque fue un éxito tardío, es algo que Freeman aprecia más. De hecho, según él, el éxito llega cuando llega». Tuvo una carrera de 3 décadas, y no es tan malo en absoluto. De hecho, la mayoría de las veces, cree que tuvo suerte por no tener un éxito temprano, porque es algo que podría quemarse fácilmente.
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