Los parásitos se han considerado históricamente una plaga, merecedora de aniquilación. Aunque la erradicación de parásitos figura entre los mayores logros de la humanidad, nuevas investigaciones están arrojando luz sobre los efectos colaterales de la pérdida de parásitos. Aquí exploramos un «mundo sin parásitos»: un experimento mental para iluminar las funciones ecológicas que los parásitos desempeñan en los ecosistemas. Aunque existen pruebas sólidas de los efectos de los parásitos sobre los individuos del huésped (por ejemplo, afectando a sus tasas vitales), este ejercicio pone de manifiesto lo poco que sabemos sobre la influencia de los parásitos en las comunidades y los ecosistemas (por ejemplo, alterando el flujo de energía a través de las redes alimentarias). Presentamos hipótesis sobre efectos novedosos, interesantes y generales de los parásitos. Estas hipótesis no han sido probadas en su mayor parte y deben considerarse un trampolín para futuras investigaciones. Aunque existen muchas incertidumbres, las pruebas disponibles sugieren que un mundo sin parásitos sería muy diferente del mundo que conocemos, con efectos que se extienden desde los individuos huéspedes hasta las poblaciones, las comunidades e incluso los ecosistemas.