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¿Mejor sexo para las mujeres?

«La cirugía debería ser el último recurso», dice el doctor Alan Wabrek, profesor de obstetricia y ginecología de la Universidad de Siracusa (Nueva York), que también dirigió un programa de asesoramiento sexual en el Hospital de Hartford (Connecticut) durante 20 años. «Si una persona o la otra no está contenta con una relación sexual, es francamente raro que algo quirúrgico vaya a solucionarlo».

Todo tipo de cirugía tiene sus riesgos, añade, y cualquier afirmación en contrario es falsa. Las inevitables cicatrices, por ejemplo, pueden dejar la zona tratada -especialmente los genitales- muy sensible y dolorosa.

Wabrek recomienda hablar primero del dilema sexual con su pareja, señalando que tal vez las mujeres hayan pensado que su hombre estaba decepcionado con su rendimiento en la cama cuando realmente no lo estaba.

Si eso no funciona, sugiere los ejercicios de Kegel, que están científicamente probados para ayudar a las mujeres a aumentar el tono muscular, y a ser más conscientes de las sensaciones que provienen de su vagina.

Cindy Pearson, directora ejecutiva de la National Women’s Health Network (Red Nacional de Salud de la Mujer), está de acuerdo con Wabrek y considera que las afirmaciones de la mercadotecnia de que las vaginas son mejores y más sensibles desde el punto de vista sexual son «un montón de tonterías»

Aunque Pearson está a favor de que se preste más atención a las necesidades y deseos sexuales de las mujeres, dice que preferiría ver métodos menos invasivos y peligrosos. Compara algunas cirugías vaginales con las prácticas arcaicas de extirpar las costillas inferiores de las mujeres para reducir el tamaño de la cintura, y hacer que las mujeres lleven anillos alrededor del cuello para que parezcan más largas. Dice que la sociedad siempre ha tenido una explicación oficial para remodelar el cuerpo de las mujeres.

Pearson, sin embargo, no se opone totalmente a los procedimientos de mejora vaginal, diciendo que puede funcionar para algunas mujeres que tienen una condición médica que podría aliviarse a través de la cirugía.

Sin embargo, afirma que «siempre advertimos a la gente -cuando piensa en probar algo cuyo beneficio no está bien probado- que ningún efecto secundario o complicación merece la pena».

El Colegio Americano de Obstetricia y Ginecología no tiene una posición oficial sobre el tema. Tampoco la Asociación Americana de Mujeres Médicas ni la Asociación Americana de Educadores, Consejeros y Terapeutas Sexuales.