Tres aviones de la Segunda Guerra Mundial que fueron derribados durante una victoria decisiva de Estados Unidos en el Océano Pacífico estuvieron desaparecidos durante décadas. Ahora, 76 años después, han sido encontrados.

Una operación de recuperación descubrió piezas de los aviones perdidos hace tiempo en el fondo de la laguna de Truk, en el estado de Chuuk, parte de los Estados Federados de Micronesia.

Cientos de aviones estadounidenses lanzaron desde portaaviones el 17 de febrero de 1944, durante la «Operación Hailstone», aporreando una base naval japonesa en la laguna de Truk que estaba tan bien fortificada que era conocida como «el Gibraltar del Pacífico», dijeron representantes de la expedición de recuperación en un comunicado.

Cuando el humo de la batalla de dos días se disipó, más de 250 aviones japoneses y casi 50 barcos fueron destruidos. Pero también se perdieron 30 aviones estadounidenses, junto con 23 aviadores y tripulantes. Los tres aviones que se recuperaron pasaron desapercibidos hasta 2019, a pesar de que el lugar es un destino popular para los buceadores, según el comunicado.

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La misión para encontrar los aviones fue dirigida por científicos y voluntarios del Proyecto Recover, una asociación entre investigadores de la Universidad de Delaware; el Instituto Scripps de Oceanografía de la Universidad de California en San Diego; y el Proyecto BentProp, una organización privada de buzos, aviadores e historiadores dedicada a encontrar a los miembros del servicio de la Segunda Guerra Mundial desaparecidos en acción en el Pacífico Sur. Desde 2012, el Proyecto Recover ha realizado búsquedas submarinas de embarcaciones y personal militar estadounidense desaparecido, combinando datos de registros oficiales, relatos de testigos presenciales y tecnologías de búsqueda submarina como el sonar, las cámaras térmicas y los robots de buceo, según el sitio web del proyecto.

Lanzados desde los portaaviones estadounidenses USS Enterprise y USS Intrepid durante la Operación Hailstone, dos bombarderos en picado Dauntless y un bombardero torpedero Avenger estaban entre los aviones estadounidenses desaparecidos. Los investigadores sospecharon que los aviones se hundieron en la laguna de Truk basándose en las entrevistas con los isleños de Chuuk, los informes oficiales y las memorias de los supervivientes de la batalla, dijo Colin Colbourn, historiador principal del Proyecto Recover.

Una información afortunada provino de un militar estadounidense -un artillero de aviones en la Operación Hailstone- que mencionó en unas memorias que vio cómo uno de los bombarderos en picado Dauntless se estrelló justo cuando estaba disparando a un barco de transporte japonés, que también se hundió. Los historiadores no tardaron en darse cuenta de que precisar la ubicación de ese barco hundido podría llevarles hasta los restos del bombardero perdido, dijo Colbourn a Live Science.

«Pudimos alinear esta pieza del rompecabezas con esta otra pieza del rompecabezas, para decir, ‘OK, vamos a centrar nuestra búsqueda alrededor de este barco’. Y ahí fue realmente donde terminamos encontrando este avión», dijo Colbourn.

Los estudios submarinos, realizados por el Proyecto Recover desde abril de 2018 hasta diciembre de 2019, cubrieron cerca de 27 millas cuadradas (70 kilómetros cuadrados) del fondo marino en la Laguna de Truk. Los escaneos de sonar identificaron posibles restos de aviones, que los científicos investigaron más de cerca mediante el despliegue de buzos y robots equipados con cámaras de alta definición. Encontraron campos de escombros con restos de las tres aeronaves a profundidades de entre 100 y 215 pies (31 y 66 metros), según el comunicado.

Destino de buceo

Muchos de los grandes barcos japoneses -petroleros y buques mercantes de cientos de pies de largo- que se hundieron en la laguna de Truk en 1944 han quedado desde entonces cubiertos de coral y son ahora destinos populares para los buceadores.

«Las bodegas de algunos de estos barcos están llenas de aviones y camiones japoneses», dijo Colbourn. «Son lugares increíbles para bucear».

En comparación, los aviones que se rompieron en fragmentos no son necesariamente reconocibles para los buceadores recreativos, lo que podría explicar por qué los aviones desaparecidos -o lo que quedaba de ellos- fueron pasados por alto durante tanto tiempo, explicó Colbourn.

En cuanto a los tripulantes que iban a bordo de los aviones, hay «una alta probabilidad» de que se encuentren restos intactos dentro de los restos, especialmente en el caso del bombardero torpedero TBM/F-1 Avenger, en el que dos miembros de la tripulación «estaban prácticamente encerrados en la parte trasera del avión», dijo Colbourn.

Ahora que los lugares de los accidentes han sido localizados, estudiados arqueológicamente y cartografiados, el Proyecto Recover entregará sus datos a la Agencia de Contabilidad de los prisioneros de guerra y los desaparecidos en combate del Departamento de Defensa de EE.UU., explicó Colbourn. La agencia federal evaluará entonces los lugares para la posible recuperación e identificación de cualquier resto.

«No sabremos hasta que se produzca esa recuperación si hay alguien dentro del avión. Pero por nuestra experiencia, diría que hay una muy buena probabilidad de que así sea», dijo Colbourn.

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Originalmente publicado en Live Science.