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Libro prohibido: Ulises

Con motivo de la Semana de los Libros Prohibidos, la Librería de Política y Prosa se inclina por los libros que ofenden, indignan y, en general, envenenan las mentes de las masas con una expresión creativa gratuita. Aunque nuestras selecciones son una gran brasa, le aseguramos que son mucho más agradables cuando se leen. Acompáñenos toda la semana en el deslizamiento hacia la bajeza moral con el mejor material de lectura censurado que el canon puede ofrecer.

Prohibido no por ser difícil y confuso, sino por su aparente contenido sexual, el clásico modernista de Joyce fue objeto de ira incluso antes de su publicación completa. El Ulises fue quemado en forma de serie en Estados Unidos en 1918 antes de ser quemado como manuscrito publicado en Irlanda en 1922, en Canadá en 1922 y en Inglaterra en 1923. El libro fue prohibido oficialmente en Inglaterra en 1929, posiblemente porque la quema masiva resultó insuficiente para suprimir su número de lectores. En 1920, la Sociedad de Nueva York para la Supresión del Vicio consiguió que el libro fuera calificado de obsceno y se prohibiera efectivamente en Estados Unidos en 1920. La prohibición se levantó en una sentencia judicial de 1933. Después de dedicar un mes de su tiempo a leer el manuscrito de Joyce, el juez John Woolsey concluyó su dictamen señalando: «Soy muy consciente de que, debido a algunas de sus escenas, ‘Ulises’ es una obra bastante fuerte para pedir a una persona sensible aunque normal que la tome. Pero mi opinión ponderada, después de una larga reflexión, es que aunque en muchos lugares el efecto de Ulises sobre el lector es indudablemente algo emético, en ninguna parte tiende a ser afrodisíaco.»

Una frase digna de censura:

Las trayectorias de sus, primero secuenciales, luego simultáneas, micciones eran disímiles: la de Bloom, más larga, menos irruenta, en la forma incompleta de la penúltima letra alfabética bifurcada, que en su último año en el instituto (1880) había sido capaz de alcanzar el punto de mayor altitud frente a toda la fuerza concurrente de la institución, 210 alumnos: El más alto y sibilino de Stephen, que en las últimas horas del día anterior había aumentado por consumo de diuréticos una insistente presión vesical.