Encontrar una rutina de entrenamiento que se adapte a su apretada agenda puede ser una tarea complicada, pero una vez que usted se pone en un ritmo, por lo general es una navegación suave a partir de entonces. Y siempre que muevas tu cuerpo de forma que te sientas bien, no hay un momento correcto o incorrecto para hacer tu sesión de ejercicios. Algunas personas van al gimnasio antes de que salga el sol, mientras que otras van más tarde por la noche, pero personalmente, siempre he admirado profundamente a las personas que van directamente al gimnasio después del trabajo. Eso sí que es dedicación, amigo.
Quiero decir, después de un largo día de trabajo, cuando acabas de pasar ocho o más horas arreglando, como, 170 cosas que salieron mal, lo último que quieres hacer es caminar hasta el gimnasio abarrotado y tomar la cinta de correr. Si eres como yo, lo único que te apetece hacer al salir del trabajo es envolverte en una manta y ver repeticiones de The Office hasta que tengas el suficiente sueño como para irte a la cama a pasar la noche.
Pero la gente que va al gimnasio justo después de cerrar el día, nunca se deja desviar de sus entrenamientos diarios por los tentadores y sensuales pensamientos de su cálida y acogedora cama y su interminable cola de Netflix. Por supuesto, es un poco desagradable que casi nunca veas a estas personas en las horas felices de tu oficina, (no importa lo mucho que trates de obligarles en tu grupo de texto), pero honestamente, no puedes dejar de respetar su dedicación a su rutina de ejercicios.
Las personas que van al gimnasio directamente después del trabajo se enfrentan a estas ocho cosas, literalmente, todo el tiempo, pero créeme, nunca dejan que estas luchas les distraigan del hecho de que sus sesiones de sudor les hacen sentir increíblemente bien, día tras día.
Tener que animarse a hacer ejercicio después de un largo día
Una cosa es planear ir al gimnasio después del trabajo, pero ¿convencerte a ti mismo de seguir ese plan y presentarte a tu sesión de sudor? Bueno, eso es una bestia completamente diferente, amigos.
Las personas que van al gimnasio justo después del trabajo son expertos legítimos en ducharse con afirmaciones positivas y darse a sí mismos charlas de motivación con el fin de conseguir su botín en el ~templo de las ganancias~. Enséñenme sus métodos, gente.
Golpeando accidentalmente a la gente en el metro con tu bolsa de gimnasio