En su carrera de 17 temporadas en la NBA, Scottie Pippen ganó seis campeonatos con los Chicago Bulls, se llevó a casa dos medallas de oro olímpicas y fue ocho veces miembro del primer equipo defensivo de la NBA.

Pero antes de que Pippen se consolidara como uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, tuvo que demostrar su valía. Al salir de la escuela secundaria, la mayoría de los programas de baloncesto universitario no lo tuvieron en cuenta y terminó en la Universidad de Arkansas Central, una pequeña escuela cercana a su ciudad natal. El entrenador no le garantizó un puesto en la lista -y mucho menos le dio una beca-, pero accedió a dejarle practicar. El acuerdo era que si Pippen mejoraba lo suficiente, podría incorporarse al equipo.

Pippen empezó su primera temporada como encargado del equipo, barriendo el gimnasio, recogiendo los balones y manteniendo el equipo organizado.

Cuando algunos de sus compañeros renunciaron, el novato llegó a jugar en los partidos como reserva.

Incluso insistió al entrenador para que le diera una beca. «Algunos chicos se caen académicamente, así que algunas becas quedan disponibles», recuerda Pippen en «El último baile», una serie documental conjunta de Netflix y ESPN sobre Michael Jordan y la dinastía de los Chicago Bulls. «Vuelvo y le pregunto al entrenador. Fui muy persistente, y finalmente me dio una beca»

Fue bien merecido: Pippen se hacía más fuerte y mejoraba su juego. Además, seguía creciendo. «Estaba mejorando a un ritmo tan rápido», dice. «Y luego, de mi primer a mi segundo año, durante el verano, crecí cinco pulgadas».

Al final de su segundo año, estaba cerca de 6′ 7″ y era «nuestro mejor jugador», dijo el entrenador asistente de la UCA en ese momento, Arch Jones, al Chicago Tribune en 1995.

No pasó mucho tiempo para que los ojeadores de la NBA comenzaran a notar su dominio. Después de cuatro años en la UCA, Pippen fue seleccionado en quinto lugar en el draft de la NBA de 1987 por los Seattle SuperSonics, que inmediatamente lo traspasaron a los Bulls.

Pippen pasó 12 de sus 17 temporadas en la NBA con los Bulls. Pero primero aprendió a jugar en una cancha de tierra en la casa de su abuela en Hamburg, un pequeño pueblo rural de Arkansas. Siendo el menor de 12 hermanos en una casa de dos habitaciones, Pippen utilizó el deporte como vía de escape. «El baloncesto me dio la oportunidad de salir de casa y jugar», dice en la serie documental.

Durante un tiempo, no se planteó una carrera profesional. «Cuando crecí, era un chico más que no iba a ir a la universidad», dijo Pippen cuando la UCA retiró su camiseta en 2010. «No tenía ninguna oferta de beca y hubo momentos en los que ni siquiera pensaba en el baloncesto.

«Sólo quería estar en un entorno positivo y tener una situación en la que pudiera llevar una buena vida. El baloncesto, en última instancia, me dio eso»

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