La forma en que nos hablamos a nosotros mismos nos dice más de lo que pensamos
La cháchara
Nuestro diálogo interno es uno de los aspectos más infravalorados de nuestras vidas. Nos afecta más de lo que creemos.
Aunque este artículo puede haber tenido un sesgo negativo hasta ahora, la buena noticia es que el diálogo interno positivo tiene una serie de beneficios. Puede aumentar nuestra confianza, hacer que nos sintamos mejor con nosotros mismos, reduce el estrés e incluso puede aumentar tu rendimiento.
¡Todo esto por cambiar de una mentalidad negativa a una positiva!
La realidad es que podemos ser nuestro mejor amigo o nuestro peor enemigo. Tus pensamientos son la fuente de tus emociones y tu estado de ánimo. Es el equivalente a poner el tipo de combustible equivocado en tu coche. Si pones el combustible equivocado, el coche no funcionará en absoluto o será una sombra de su verdadero potencial.
Lo mismo ocurre con nuestra mente. Cuanto más control tengamos sobre nuestros pensamientos y más regulemos los negativos, mejor será nuestra calidad de vida.
Mira estos dos diálogos interiores:
- «¡Voy a hablar hoy en la reunión porque tengo algo que realmente quiero compartir!»
- «Creo que hoy me quedaré callado en la reunión, de todas formas nadie quiere escuchar lo que tengo que decir».»
La diferencia entre los dos es tajante. Una demuestra una actitud positiva que muestra que la persona está tomando las riendas de su vida y actuando con intención, mientras que la otra muestra a alguien que está cautivo de sus pensamientos negativos.
Todos hemos estado en una situación similar al segundo escenario. Yo he pensado así numerosas veces cuando debería haber optado por la primera opción. La cuestión con la segunda opción es que, aunque todos podemos sentirnos tímidos a la hora de hablar, nuestra voz no es menos digna que la de los demás.
La única manera de que esto sea así, es si creemos que es así. Esta es la esencia de la autoconversación negativa. La charla es destructiva y puede manifestarse en la realidad sin que nos demos cuenta.
Al adoptar una perspectiva positiva del mundo nos abrimos a él, lo que nos proporciona más oportunidades. Hay muchas maneras de limitar esos pensamientos negativos. Podemos darles un nombre a estos gremlins, lo que devalúa su potencia y se burla de ellos.
Podemos dar un paso atrás y analizar la situación y preguntarnos cómo podemos hacerlo mejor la próxima vez, en lugar de patearnos cada vez que cometemos un error.
Al hacer esto, estamos dando los primeros pasos hacia una mejor calidad de vida que nos impactará de numerosas maneras. Estamos tomando el control de la conversación en lugar de ser dictados por ella.
Cuando hacemos esto, llegamos a un punto que Henry Ford tocó:
«Tanto si crees que puedes, como si crees que no puedes, tienes razón»
El mundo se encogerá o se expandirá dependiendo de si tu autoconversación es positiva o no. ¿Cuál será?