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La artrosis no es sólo una enfermedad causada por el desgaste

¿Es usted un médico con una consulta muy ocupada? Tiende a medicar en lugar de educar a los pacientes con artritis? ¿Es usted un paciente con artrosis? ¿Prefiere que le eduquen en lugar de medicarle? Si se encuentra en alguna de estas categorías, la información de este artículo es para usted.
Los autores de este artículo dejan claro que su objetivo es ayudar a los médicos a proporcionar un tratamiento completo pero eficiente de la artrosis (OA). Pero los ocupados consumidores de hoy en día, que casualmente tienen osteoartritis, también están interesados en esta información. Armado con los conocimientos que tenemos sobre la osteoartritis, podrá discutir estos puntos con su médico.
Formar un plan de cuidados que esté basado en la evidencia, sea completo y factible es una parte esencial del manejo de la osteoartritis. Comienza con un diagnóstico preciso y la comprensión de que la artrosis no es sólo un desgaste de las articulaciones.
Los científicos han llegado a ver que la articulación es como todo un sistema de órganos por derecho propio. Es un órgano muy complejo con múltiples estructuras diferentes como la membrana sinovial, el hueso, los nervios, los músculos y el suministro de sangre. Hay partes mecánicas y hay un mapa neurológico para proporcionar el movimiento de esas partes mecánicas.
Hay algunas cosas básicas que no han cambiado en nuestra comprensión de esta enfermedad. En primer lugar, la edad es el mayor factor de riesgo. Cuanto mayor sea la persona, mayores serán las posibilidades de desarrollar esta enfermedad. En segundo lugar, las articulaciones más afectadas son las grandes: caderas, rodillas, manos y, a veces, hombros.
Los síntomas suelen ser los mismos independientemente de la articulación afectada: dolor, disminución del movimiento articular, rigidez matutina que mejora tras 30 minutos de movimiento suave, sensibilidad articular y disminución de la función. Existen ciertos factores de riesgo que apuntan a la osteoartritis como causa de estos síntomas, entre los que se incluyen los traumatismos, la cirugía, el uso repetitivo o excesivo (normalmente relacionado con el trabajo) y los antecedentes familiares.
Su médico se basará en tres herramientas a la hora de realizar el diagnóstico: los hallazgos clínicos, los estudios de imagen (normalmente radiografías) y los resultados del laboratorio. Muchas veces, su informe verbal de lo que está mal es suficiente para hacer un diagnóstico. Las radiografías pueden ser útiles para orientar el tratamiento, pero no siempre son necesarias. La toma de una muestra del líquido del interior de la articulación (llamado líquido sinovial) puede proporcionar algunas pistas adicionales.
El Colegio Americano de Reumatología tiene criterios específicos que los médicos utilizan para hacer el diagnóstico de la artrosis de mano, cadera o rodilla. Han actualizado su formato tradicional para el diagnóstico basándose en la evidencia continua de los estudios. Ahora utilizan una técnica denominada formato de árbol.
El formato de árbol combina varios síntomas para determinar la probabilidad de que el paciente tenga osteoartritis (OA) de la articulación en cuestión. Por ejemplo, al diagnosticar la osteoartritis de la mano, en lugar de buscar el dolor, la molestia o la rigidez de la mano más algunos otros factores determinantes (el formato tradicional), ahora buscan el dolor, la molestia o la rigidez de la mano Y otros hallazgos clínicos específicos (agrandamiento del tejido, deformidad, hinchazón). Se han realizado cambios similares para el diagnóstico de la osteoartritis de cadera y de rodilla.
La idea del tratamiento de la osteoartritis se ha sustituido realmente por la noción de que es una enfermedad que se controla. Eso significa que no hay un único tratamiento para todos. Se trata más bien de un plan que incluye múltiples enfoques diferentes.
Las pruebas de investigación actuales exigen un enfoque no farmacológico en primer lugar. En pocas palabras, eso significa «sin medicamentos». Este enfoque requiere más tiempo para educar al paciente sobre el proceso y sobre sus opciones y responsabilidades. Hay mucho menos enfoque en una píldora mágica para curarlo todo.
Cada vez más, se pide a los pacientes que sean proactivos por sí mismos. Se les anima a informarse sobre la enfermedad y a encontrar formas de proteger sus articulaciones. Pero los pacientes no tienen que hacerlo todo solos. Se aconseja un enfoque de equipo con el cirujano ortopédico, el médico de atención primaria y los fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales para ofrecer consejo, asesoramiento y orientación.
Algunas de las herramientas que han demostrado marcar la diferencia incluyen varios tipos de aparatos ortopédicos para las articulaciones, plantillas o modificaciones del calzado, mangas de neopreno de apoyo, ejercicio y pérdida de peso. Modalidades como el calor, el frío, la estimulación eléctrica y la acupuntura pueden ser útiles durante los brotes agudos. Los dispositivos de asistencia, como un bastón o un andador, pueden ser útiles para descargar la articulación y proteger la superficie articular de daños adicionales.
Cuando se indican medicamentos, el paracetamol (Tylenol) es la primera opción. Cuando se utiliza según las indicaciones, es un analgésico seguro y eficaz. El acetaminopehn no tiene efectos antiinflamatorios. Existe el peligro de que se produzcan daños en el hígado con un exceso de paracetamol, por lo que los pacientes deben ser asesorados cuidadosamente y vigilados de cerca para evitar que se produzcan efectos adversos.
Se pueden utilizar otros medicamentos si el paracetamol en combinación con el programa de tratamiento no es suficiente para reducir el dolor y mejorar la función. Entre ellos se encuentran los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), la capsaicina (agente tópico que se frota sobre la piel para producir un contra-irritante), las inyecciones de esteroides, las inyecciones de ácido hialurónico y la glucosamina y el sulfato de condroitina (suplementos).
Si nada funciona y el paciente sigue experimentando un dolor intolerable, se pueden prescribir analgésicos narcóticos o se puede recomendar la cirugía. En el caso de la artrosis de rodilla grave, hay varios procedimientos quirúrgicos diferentes que podrían ayudar antes de pasar a una sustitución articular completa. La alineación de la articulación puede corregirse con una osteotomía (la extracción de un trozo de hueso en forma de cuña para desplazar la carga que soporta el peso). También es posible realizar una sustitución unicompartimental (sustituir sólo el lado de la articulación afectado).
En resumen, la artrosis es algo más que una enfermedad de desgaste. Todo el complejo articular está implicado con la edad avanzada y otros múltiples factores de riesgo como parte del cuadro. El tratamiento debe ser un programa de autogestión dirigido por un equipo de profesionales sanitarios.
La educación del paciente y el tratamiento no farmacológico son los primeros pasos. El objetivo es preservar y proteger las articulaciones manteniendo el movimiento y la función. No es que los medicamentos no puedan utilizarse, sino que no deben ser lo primero que se administre a los pacientes. Hay muchas pruebas de que el enfoque descrito aquí para la osteoartritis funciona bien y evita la exposición innecesaria a los medicamentos y la cirugía.
Referencia: J Chao, MD y Kenneth Kalunian, MD. Managing Osteoarthritis: A Multidisciplinary Approach. En The Journal of Musculoskeletal Medicine. Octubre 2010. Suplemento. Pp. S6-S12.