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Investigadores estudian los parásitos del lobo

30 de enero de 2017

Tapas de doble anillo de gancho de cabeza manchada. Crédito: Forschungsverbund Berlin e.V. (FVB)

Desde el año 2000, el lobo gris euroasiático, Canis lupus lupus, se ha extendido por Alemania. Ines Lesniak, estudiante de doctorado en el Instituto Leibniz de Investigación sobre Zoología y Fauna Silvestre (Leibniz-IZW), y sus colegas, han analizado detenidamente los parásitos de este repatriado para determinar si el número y las especies de parásitos cambian con el aumento de la población de lobos. Así fue, ya que el número de especies de parásitos por lobo individual aumentó a medida que la población de lobos se expandía. Además, los cachorros tenían una mayor diversidad de especies de parásitos que los animales más viejos. La buena noticia: los parásitos del lobo no suponen una amenaza para la salud humana. Los resultados de este estudio se publicaron en la revista científica online Scientific Reports.

En el transcurso de un estudio a largo plazo sobre la salud de los lobos en Alemania, se estudiaron en detalle los órganos internos de 53 cadáveres de lobos. Procedían de lobos que habían muerto en accidentes de tráfico o habían sido abatidos ilegalmente entre 2007 y 2014.

«Mientras que las tenias son reconocibles a simple vista, la identificación de los parásitos unicelulares Sarcocystis supuso un verdadero reto, ya que las especies de este género no se diferencian morfológicamente», explica Lesniak.

Según su ciclo de desarrollo, los endoparásitos pueden agruparse en dos tipos: Algunos, como muchas tenias, infectan directamente a sus huéspedes. Otros, como los parásitos del género Sarcocystis, viven primero en un huésped intermedio, concretamente en el animal presa del lobo. Estos parásitos son liberados al medio ambiente en las heces del lobo. Los posibles animales de presa del lobo se alimentan de vegetación contaminada con los parásitos. De este modo, los parásitos invaden el huésped intermedio y se instalan en la carne del músculo. Los corzos, los ciervos y los jabalíes son estos huéspedes intermedios en Europa central. Cuando éstos son comidos por un lobo, los parásitos infectan al lobo y se reproducen en sus intestinos.

Aplicando sofisticados análisis genéticos moleculares, los científicos identificaron 12 especies de Sarcocystis en los cadáveres de lobo. También encontraron cuatro especies de tenias (cestodos), ocho especies de ascárides (nemátodos) y una especie de lombriz (trematodos). Para examinar las infecciones parasitarias también en las especies de presas grandes del lobo, el equipo recogió órganos internos de animales de presa abatidos en partidas de caza.

En Alemania, los lobos se alimentan principalmente de corzos, pero también de ciervos y jabalíes. Los pequeños mamíferos, como las liebres, los topillos o los ratones, rara vez forman parte de su menú. Los parásitos identificados proporcionan una prueba indirecta de esta idea, ya que sólo se encontraron tenias de zorro en uno de los 53 lobos. Las tenias del zorro son transmitidas por los ratones y pueden darse en todos los cánidos, pero con especial frecuencia en los zorros. Esto es una buena noticia, dice Lesniak, porque las larvas de las tenias del zorro pueden causar enfermedades graves en los humanos.

Los científicos descubrieron que la infestación de los lobos con parásitos variaba a lo largo de su vida. «Los cachorros son portadores de muchas más especies de parásitos que los cachorros de un año o los adultos». Según Ines Lesniak, esta variación en la prevalencia de especies de parásitos puede explicarse por el sistema inmunitario más robusto de los lobos de más edad. Al fin y al cabo, los lobos, al igual que cualquier otro cánido salvaje -aparte de los perros domésticos-, nunca se desparasitan.

Los lobos que murieron al principio del periodo de estudio tenían una menor diversidad de parásitos que los que murieron más tarde. «Cuanto mayor es la población, más a menudo están los lobos en contacto entre sí y con sus presas, y más a menudo se infectaron con diferentes parásitos», dice Lesniak.

Actualmente, hay 46 manadas de lobos asentadas en Alemania. Una manada se compone de los padres y de los cachorros del año actual y del anterior y puede estar formada por hasta diez individuos. «Los análisis genéticos realizados por nuestros socios de cooperación para este estudio muestran que los ancestros de la población centroeuropea de las tierras bajas, que hoy en día se extiende desde Alemania hasta Polonia, proceden de Lusacia, en el este de Alemania», afirma Lesniak. Esta población se inició probablemente con individuos que emigraron de la región del Báltico a principios del milenio y se asentaron entre el sur de Brandeburgo y el norte de Sajonia. Desde allí, empezaron a extenderse por el noreste de Alemania y el suroeste de Polonia, un proceso que continúa hasta hoy.

«Los lobos son animales tímidos y salvajes. Por ello, el contacto entre personas y lobos es poco frecuente», subraya Lesniak. «No obstante, los cazadores deben hervir bien los restos de las piezas abatidas antes de dárselos a sus perros de caza, para evitar posibles infecciones por parásitos», advierte Lesniak. También es esencial desparasitar regularmente a los perros de caza en las regiones ocupadas por los lobos.

Ocasionalmente, se ha informado de que los lobos se acercan a las zonas residenciales; los ganaderos de ovino se quejan de las pérdidas. «Es muy posible que los lobos actuales hayan aprendido que es más fácil encontrar comida cerca de los humanos, aquellos que en su día erradicaron a sus antepasados lobos», dice Lesniak. Por supuesto, a un lobo le resulta más cómodo entrar en un recinto de ovejas que perseguir corzos en el bosque. Por ello, la aplicación de medidas adecuadas de protección de los animales domésticos es muy importante y ahora también cuenta con el apoyo financiero del gobierno en Alemania.

Más información: Ines Lesniak et al. La expansión de la población y la edad individual afectan a la riqueza y diversidad de endoparásitos en una población de grandes carnívoros en recolonización, Scientific Reports (2017). DOI: 10.1038/srep41730

Información de la revista: Scientific Reports

Proporcionado por Forschungsverbund Berlin e.V. (FVB)