Las infecciones del tracto urinario (ITU) son las infecciones más comunes que se observan en el ámbito hospitalario, y las segundas más comunes que se observan en la población general. Debido a la anatomía de las mujeres, las ITU son especialmente problemáticas para ellas, y hasta un tercio de todas las mujeres sufrirán una ITU en algún momento de su vida. El tratamiento adecuado de una ITU requiere una clasificación precisa que incluya el lugar de la infección, la complejidad de la misma y la probabilidad de recurrencia. El patógeno predominante tanto en la ITU complicada como en la no complicada sigue siendo la Escherichia coli patógena, aunque Klebsiella sp. y Proteus aparecen con mayor frecuencia en la ITU complicada. La mayoría de las veces, las bacterias causan ITU por vía ascendente a través de la uretra hasta la vejiga. Las bacterias deben poseer factores de virulencia para causar una ITU. Los factores de defensa del huésped que predisponen a los pacientes a la ITU son la estasis urinaria, la anatomía anormal del tracto urinario, la diabetes mellitus, la debilidad y el envejecimiento. Los problemas relacionados con los estrógenos y las uretras cortas predisponen a las mujeres a padecer una ITU. Aunque el cultivo de orina, con >105 unidades formadoras de colonias/mL (UFC/mL) en pacientes sintomáticos, sigue siendo el «patrón de oro» para el diagnóstico, la correlación de la historia clínica y la exploración física del paciente con los resultados de los análisis de orina (incluida la prueba de nitrito en tira reactiva y la prueba de esterasa leucocitaria) suele ser suficiente para diagnosticar la ITU. Se recomienda un tratamiento antimicrobiano de tres días para la cistitis simple. La pielonefritis aguda, una infección del tejido del parénquima renal, se trata con antibióticos durante 7 a 14 días, según el agente antimicrobiano utilizado y la gravedad de la infección. Además, la clasificación del paciente determina la necesidad de hospitalización o de estudios de imagen urológica. Las mujeres con ITU recurrentes deben considerar la profilaxis antimicrobiana. La crema tópica de estradiol vaginal autoadministrada es un complemento importante en la prevención de las ITU para las mujeres posmenopáusicas. La bacteriuria asintomática sólo merece un tratamiento antimicrobiano en pacientes de alto riesgo o en aquellas colonizadas por especies de Proteus.