A menudo se achaca el comportamiento delictivo a acontecimientos de la infancia. Pero la capacidad de atrapar a un ladrón tiene su origen en el desarrollo que se produce en el vientre materno.

En la semana 17 de embarazo, las huellas dactilares de un feto están grabadas en piedra, según demuestran las observaciones. La singularidad de las huellas dactilares se reconoce desde hace unos dos milenios y se estudia científicamente desde hace dos siglos. Pero los investigadores no han podido explicar cómo se forman.

Un nuevo modelo informático teórico describe cómo es probable que se creen los patrones, a partir de la décima semana de gestación, cuando el feto mide unos 80 mm.

Señales tempranas de estrés

Las huellas dactilares presentan tres rasgos distintos: arcos, bucles y espirales.

Michael Kœcken y Alan Newell, de la Universidad de Arizona, descubrieron que la creación de los patrones implica tensiones en una hoja de piel intercalada llamada capa basal. En un feto, la capa basal crece más rápido que las capas circundantes: la epidermis en el exterior y la dermis en el interior. La capa basal se dobla y se pliega en varias direcciones, forzando formas complejas.

Se crean tensiones en los límites de la piel, incluyendo las uñas y los pliegues de los nudillos, así como alrededor de las almohadillas de las yemas de los dedos que se encogen, informan K?cken y Newell en un número de octubre de la revista Europhysics Letters.

«Estos pliegues codifican el futuro patrón de la huella dactilar que se hace visible en la superficie de la piel en las semanas siguientes», dijo K?cken a LiveScience. «Como el patrón de la huella dactilar se codifica bajo la superficie de la piel, el patrón no puede ser destruido por lesiones superficiales de la piel».

Aún no está claro cómo se conserva el patrón durante el crecimiento del feto, dijo.

El modelo confirma una explicación de hace 80 años que nunca había tenido aceptación.

Piel extraña

Las huellas dactilares son extrañas para los científicos. De hecho, las palmas de las manos son misteriosamente diferentes del resto del cuerpo en varios aspectos.

«No sólo hay huellas dactilares en la palma de la mano y no en otros lugares de la piel, sino que además la piel es más gruesa en la palma, hay más glándulas sudoríparas y no hay folículos pilosos», señala Kšcken. Según él, el mismo proceso de doblado podría ser responsable de la formación de los surcos cerebrales, de ciertas estructuras del ojo e incluso -aunque esto es muy especulativo- de los folículos pilosos.

Muchos diseños de la Naturaleza son matemáticamente similares a las huellas dactilares.

Las ondulaciones de las dunas de arena, las rayas de los peces tropicales y los patrones de un fluido en convección son sólo algunos de ellos, dijo K’cken.

Un fenómeno similar, conocido como vórtice de von Karman, se produce cuando las corrientes de aire o líquido se mueven en direcciones opuestas. El proceso puede crear nubes fantásticamente rizadas. Los insectos toman prestada la energía de los vórtices de von Karman creados por sus propias alas para mejorar su velocidad y maniobrabilidad.

Los diversos patrones no son creados todos por el mismo mecanismo, dijo Kœcken, pero pueden ser descritos por ecuaciones similares. Esa similitud hace que sea muy difícil localizar el mecanismo físico que hay detrás de cada uno, especialmente en el caso de patrones biológicos muy complejos.

«Nuestra investigación sugiere firmemente que las inestabilidades mecánicas están implicadas en al menos algunas de estas circunstancias», dijo K?cken. «Además, actualmente se discute si las pruebas dactilares deben seguir siendo válidas en los tribunales. Aunque nuestro modelo, tal como está, no tiene implicaciones directas para la identificación de huellas dactilares, podría ayudar a proporcionar una base más sólida del tema en el futuro».