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¿Hacia dónde se dirige su empresa? ¿Cómo va a llegar allí?

  • Erica Olsen
  • Hace 12 años
  • Categorías:Dirigir a su equipo
  • Etiquetas:Liderazgo & Estrategia

Apareció por primera vez: NNBW 9/9/02

«Hay tres tipos de empresas: las que hacen que las cosas sucedan, las que ven cómo suceden y las que se preguntan qué ha pasado». – Anónimo ¿Sabe hacia dónde va su empresa? ¿Cómo será su negocio dentro de tres años? ¿Estará unos pasos más cerca de hacer realidad su visión? Nadie puede predecir el futuro. Pero si no cambia nada, ¿será el futuro diferente al pasado? Probablemente no. Pero una forma segura de influir en el futuro de su empresa (y en su rentabilidad) es desempolvar una vieja herramienta: el plan estratégico de la empresa.

El plan estratégico de una empresa es el «plan de juego» que tiene la dirección para posicionar a la empresa en el ámbito del mercado elegido, competir con éxito, satisfacer a los clientes y lograr un buen rendimiento empresarial. La mayoría de los propietarios y ejecutivos de empresas tienen un sinfín de excusas para no tener un plan estratégico formal. He oído de todo, desde «Somos demasiado nuevos», «No somos lo suficientemente grandes», hasta «Nunca hemos tenido uno, ¿por qué empezar ahora?»

Si estas excusas le resultan familiares, he aquí algunos datos interesantes: Los estudios indican que el 50 por ciento de las nuevas empresas fracasan en los primeros 18 meses debido a la falta de dirección y aproximadamente el 90 por ciento de todas las empresas carecen de un plan estratégico.

Si usted forma parte del 90 por ciento, pregúntese: ¿Podría su empresa estar más centrada? ¿Podría ser más eficaz? ¿Podrían sus empleados ser más eficientes? Y sobre todo, ¿podría su empresa tener más éxito? La mayoría de nosotros probablemente respondería «sí» a todo lo anterior. A continuación le mostramos cómo cada parte de un plan estratégico cambiará su forma de responder a estas preguntas.

Visión: Aporta enfoque Usted consigue aquello en lo que se centra. Todo el mundo lo sabe, pero la mayoría de las empresas están ocupadas atendiendo los problemas urgentes del día a día, y no se centran en los aspectos importantes a largo plazo. A menos que su personal pueda centrarse en una visión común, la empresa no irá a ninguna parte. Un plan estratégico ayuda a dirigir la energía y guiar al personal hacia un objetivo compartido en un mundo en constante cambio. Orit Gadiesh, presidente de Bain & Co., resume la importancia del enfoque: «En el entorno actual, las empresas no pueden permitirse el lujo de no tener un conjunto de principios rectores, una visión que comunique el ‘verdadero norte’ a toda la organización»

Misión, metas y objetivos: Empoderan a los empleados La visión es inútil a menos que pueda ser canalizada de manera que empodere a sus empleados. La declaración de la misión, las metas y los objetivos son la hoja de ruta de un plan estratégico para conseguirlo. Están muy lejos de ser sólo un párrafo en la pared y viñetas en un memorándum; son las directrices principales para llevar a la organización a niveles más altos de rendimiento. Proporcionan el marco para las decisiones y acciones independientes iniciadas por -departamentos, directivos y empleados- en un plan de juego coordinado para toda la empresa.

Estrategia: Ahorra tiempo y energía Una vez que la misión, las metas y los objetivos están claros, se puede establecer cómo se van a alcanzar. Una estrategia proporciona el vehículo y responde a la pregunta «¿Cómo vamos a conseguirlo con los recursos disponibles?» La estrategia se centra en cómo alcanzar los objetivos de rendimiento, cómo superar a la competencia, cómo lograr una ventaja competitiva sostenible, cómo crecer, cómo satisfacer a los clientes y cómo responder a las condiciones cambiantes del mercado. Básicamente, las estrategias hacen que toda la empresa actúe de forma conjunta, al tiempo que refuerzan la posición competitiva de la empresa a largo plazo en el mercado.

Ejecución y evaluación: Asegura el éxito Todas las mejores misiones y estrategias del mundo son una pérdida de tiempo si no se ejecutan. Para tener verdadero éxito, el plan no puede acumular polvo en la estantería. Conoce cómo es tu resultado final y dónde deben estar tus hitos. Planifique sus acciones a corto plazo y evalúe cada trimestre. ¿Estás donde pensabas que estarías si hubieras cumplido el objetivo? O, si está fuera del objetivo, ¿por cuánto? La corrección del rumbo para volver al camino se convierte en su próximo plan de acción.

Si se hace correctamente, un plan estratégico es un documento vivo y dinámico. La planificación estratégica se convierte en un proceso continuo e interminable, que cambia a medida que cambian el mercado y su entorno. Un plan estratégico impulsa su negocio y debe integrarse en cada fibra de una organización, de modo que todos los empleados ayuden a mover la empresa en la misma dirección.

Cuando su empresa tiene un plan claro y toma las medidas adecuadas, consigue «tracción» para llevarle desde donde está, hasta donde quiere ir.

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